Al término de la reunión que ambos dirigentes mantuvieron en el Congreso de los Diputados por espacio de 45 minutos, Rajoy expuso en rueda de prensa un decálogo de propuestas elaboradas por el PP que previamente había entregado en persona a Zapatero para que las defienda en la cumbre de Washington.

Rajoy señaló que ante la "primera crisis económica internacional" es necesario encontrar "soluciones globales" que sirvan por igual para todos los países, aunque posteriormente estén complementadas de otras medidas nacionales distintas en cada caso.

A su juicio, es preciso "diseñar una nueva política monetaria que esté vigilante" ante problemas o amenazas como la falta de liquidez registrada en los últimos meses, las burbujas que se crean en determinados sectores o la volatibilidad del mercado.

También abogó por llevar a cabo una "nueva regulación financiera" que evite quiebras de grandes entidades, como las registradas en Estados Unidos y otros países de la Unión Europea. Afirmó que, en este asunto, España tiene "mucho que decir" porque el sistema aprobado en 1999 "ha demostrado su eficacia y ha sido elogiado por casi todo el mundo".

PRESENCIA ESPAÑOLA EN FUTURAS CUMBRES

Uno de los puntos en que más insistió el líder de la oposición es la presencia de España en futuras cumbres internacionales como la que este sábado mantendrán en Washington los integrantes del G-20, a la que Zapatero acude invitado por el francés Nicolas Sarkozy.

Rajoy subrayó que España debe acudir a Washington con garantías de que su presencia "no se limite a esta sola ocasión" y de que "no se quedará fuera" en la próxima cumbre prevista para el mes de enero, con Barack Obama ya al frente de Estados Unidos.

El líder de la oposición manifestó que el PP "dará la batalla" en este asunto para asegurarse de que España seguirá en adelante "en el foro donde se tomen las decisiones" para solucionar la actual crisis financiera internacional.

"No podemos estar como estamos ahora", dijo ante el favor que Sarkozy ha hecho a España cediéndole una de las dos sillas que actualmente tiene en el G-20 como presidente de Francia y presidente de turno de la UE. "Queremos que se planteen unas reglas de juego y todo el mundo tenga claro que España está ahí decidiendo".

Su idea pasa por crear "un nuevo foro" que amplie el G-20 y dé cabida a España. A su juicio, el Fondo Monetario Internacional podría tutelar ese proceso siempre que, con carácter previo, se reforme las cuotas de representación y España cuente con el peso que le corresponde como una de las primeras economías del planeta.

A la hora de buscar soluciones a la crisis, Rajoy fijó como condiciones que cualquier medida debe proteger "la libertad económica y la economía de mercado" y debe garantizar que las ayudas a los bancos se canalicen "hacia las familias y las empresas".

Insistió, como ha hecho desde hace meses, en que el problema de liquidez que tienen muchos bancos es "importante" pero que el verdadero drama de la crisis es "expresivo" en las cientos de miles de personas que cada mes están perdiendo su puesto de trabajo en España.

Admitió que la causa de la crisis se encuentra en parte en los "productos tóxicos" del mercado financiero y en los "excesos importantes" cometidos durante los últimos años, así como en los "fallos" de la política monetaria, que no ha sabido interpretar los síntomas.

También incidió en que se han producido "muchos desequilibrios externos que han favorecido la contaminación" y han llevado la crisis de unos países a otros en cuestión de semanas.

LAS DIEZ SOLUCIONES DE RAJOY

El documento que Rajoy entregó a Zapatero durante su reunión en el Congreso plantea la búsqueda de "soluciones globales y nacionales" por tratarse de una crisis internacional con repercusiones diferentes en cada país.

Pide proteger la economía de mercado y la libre competencia, corregir el déficit externo de los países como "requisito imprescindible" para salir de la crisis, apostar especialmente por la "austeridad" presupuestaria en aquellas naciones con mayor deuda.

También demanda una "nueva política monetaria" que evite los excesos de los últimos años y aumente la vigilancia ante la evolución de los precios o la rápida variación de los mercados financieros.

El PP aboga por crear "un nuevo marco de regulación y supervisión financiera" tomando como ejemplo el sistema aprobado en España en 1999, cuando gobernaba el Partido Popular, y modernizar aquellos aspectos que sean necesarios mediante una negociación con el PSOE.

Pide un apoyo especial a los países emergentes y a las economías en desarrollo, especialmente en Iberoamérica, a la vez que propone reformar las instituciones económicas internacionales con el fin de garantizar una "representación adecuada" de España.

Finalmente, el decálogo de Rajoy recalca que la participación de España "no puede limitarse" a la cumbre de este fin de semana, sino que debe ser "permanente"; y pide orientar la política económica del Gobierno hacia la búsqueda de soluciones para los "problemas reales" de los ciudadanos.