Durante su discurso de clausura del XVI Congreso Nacional que el PP ha celebrado este fin de semana en Valencia, Rajoy aseguró que España "necesita un nuevo espíritu" que aporte "dinamismo y confianza" para poner fin a la etapa de los que "han querido resignar" a los ciudadanos.

"España camina con el paso corto, con ese pasito de un gobierno que es incapaz de llegar más lejos", dijo. "Nos estamos resignando a las distancias cortas porque el Gobierno ha puesto de moda caminar despacio y España tiene que recuperar el paso largo".

Después de ser reelegido presidente del PP pese a las dos derrotas consecutivas en las generales, apuntó que si sigue en el partido es porque los compromisarios "así lo habéis querido".

Expresó su deseo de trabajar con toda la "dedicación" para ganar la próxima cita con las urnas aun siendo consciente de que "no le faltarán aciertos y errores". Para conseguirlo, solicitó "la ayuda de todos" y, a cambio, aceptó que a partir de ahora le exijan "todo y más".

CRISIS ECONÓMICA

Rajoy presentó al PP como el mejor instrumento para hacer frente a la crisis económica y para conseguir que España recupere "la confianza en sí misma" poniendo fin a dos mandatos de gobierno de Zapatero.

Aseguró que "los españoles no necesitan las tutelas del socialismo", menos aún en un momento en el que la economía atraviesa una coyuntura "mucho peor que complicada" y en el que el PSOE ya "no puede refugiarse en la herencia" del gobierno anterior porque "la herencia es la suya".

El líder de los populares reprochó a Zapatero la "desidia" demostrada en los últimos meses ante el fin del superavit, el incremento del paro, la falta de productividad, la caída de las bolsas, el aumento de los precios y la subida de las hipotecas.

Recordó que durante la campaña electoral se vendía a los ciudadanos "que estábamos en jauja" pero una vez pasados los comicios "se acabaron los disimulos y ha llegado la cruda realidad porque ya no se podía ocultar lo que era evidente".

"Ahora no le queda ni el refugio de la palabrería porque cuando llegan las crisis no basta con vender humo. Vamos a intentar que pese al desconcierto de un gobierno que no sabe qué hacer los españoles no tengan que sufrir la crisis ni un día más y espero que el Gobierno no se haga el sordo y atienda los planteamientos que le va a hacer el PP", dijo.

Pese a los reproches al Gobierno, Rajoy se mostró "a favor de un acuerdo" con sindicatos y patronal como el que está buscando Zapatero, pero subrayó que para que salga adelante tendrá que "rectificar" todo lo hecho hasta ahora.

Rajoy lamentó que Zapatero "niegue los problemas que ha causado o que le asuste intervenir" pero resaltó que "lo peor es que no sabe qué hacer" para atajar la crisis económica porque "nació para gobernar en la bonanza", cuando "bastaba con gastar dinero y hablar mal del adversario".

Aseveró que los socialistas "no saben adelantarse a los problemas y no saben solucionarlos" mientras que en el Partido Popular saben cómo hacer frente a una crisis porque han resuelto "alguna peor" con Aznar en La Moncloa.

La parte más emotiva del discurso, por ser más personal, llegó cuando en los últimos minutos recordó sus 53 años de vida y sus más de 20 años entregados a la vida política dentro del Partido Popular.

Visto "en la distancia", aseguró que los "sinsabores" vividos a lo largo de estos últimos meses y de muchos años "han valido la pena".

Rajoy no quiso bajarse de la tribuna sin dar las gracias a dos personas muy importantes a lo largo de su etapa política, Manuel Fraga y José María Aznar, porque ambos le dieron en distintos momentos la primera y la segunda "oportunidad", respectivamente.

El gesto hacia Aznar resultó especialmente llamativo después de las críticas lanzadas contra él por el ex presidente del Gobierno durante el día de ayer y el frío saludo que ambos se intercambiaron el viernes en el arranque del XVI Congreso Nacional del PP.