Rajoy hizo estas declaraciones en una conversación informal con los periodistas que le siguen en la caravana electoral del Partido Popular a cuento de un mensaje SMS que ha comenzado a circular en las últimas horas y que trata de movilizar al electorado conservador con el mensaje de que "la niña de Rajoy se llama Victoria".

Aunque desde el PSOE llevan días diciendo que la niña de Rajoy debería llamarse Esperanza, por la ambición de la presidenta de la Counidad de Madrid de suceder a Rajoy, el candidato del PP bromeó que la "niña" se llamará "Victoria, por la victoria (del 9-M); y Esperanza, tras la victoria".

El candidato del PP se mostró confiado en ganar los comicios gracias al "dos por ciento de los votantes" que, según sus cálculos, han cambiado de opción política a lo largo de esta campaña para decantarse por la alternativa popular.

No obstante, reconoció que no tiene "claro" que vaya a ser el vencedor, dado que todas las encuestas ponen de manifiesto la cercanía entre PP y PSOE, lo que en términos deportivos definió como un "empate a cero". Por eso mismo, admitió que Zapatero "hace muy bien" en decir que todavía no está ganado.

Rajoy aseguró que la campaña de estas elecciones generales es "la mejor que ha hecho en la vida" el PP, aunque confesó que sigue sin gustarle la fotografía elegida para las vallas publicitarias desplegadas por toda España.

Para conseguir la victoria, Rajoy piensa seguir pidiendo el voto hasta el último minuto a todas aquellas personas que ahora viven peor que hace cuatro años, consciente de que en las últimas encuestas del CIS más de la mitad de los españoles se ubican en esa situación.

Finalmente, Rajoy restó importancia a la "campaña anti PP" que está desarrollando el PSOE porque, al ser "un poco antigua", cree que no influirá. En su opinión, lo que tienen que hacer los españoles para decidir su voto es "hacer balance" de lo hecho por Zapatero estos cuatro años y acudir a las urnas en consecuencia.