Durante un acto en la Casa de Campo de Madrid con alcaldes de grandes ciudades gobernadas por el Partido Popular, Rajoy declaró que "no hay nada más importante ni más urgente que acabar con esta lacra" del desempleo.

Aseguró que desde el Gobierno "no se pueden asumir estas cifras sin sonrojo", pues las casi tres millones de personas que están actualmente sin trabajo son "tres millones de vidas golpeadas en su seguridad, en su confianza en el futuro y en sus planes de vida más personales".

Rajoy se comprometió a "dar la batalla" del desempleo mientras dure la crisis económica, ya que considera que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero está "desbordado por su incapacidad, por su improvisación y por su falta de coraje" para afrontar el problema.

Señaló que la crisis no se solventa "ni con cortinas de humo ni con ocurrencias ni con improvisaciones" como las que, en su opinión, está llevando a cabo el Gobierno y pidió afrontar "en serio" la cuestión, puesto que Zapatero "no lo hace".

Insistió en que se puede reducir el número de parados "porque en España ya se hizo en 1996, cuando la tasa de paro era del 22% pero se actuó de otra manera y se hizo un diagnóstico de la situación, se fijaron unos objetivos, se aprobó un plan ordenado y coherente".