Rajoy hizo estas reflexiones ante un grupo de familias durante una conferencia en Barcelona en la que prefirió ceñirse exclusivamente en el análisis del nuevo Estatuto de Cataluña y eludió "conscientemente" cualquier referencia al alto el fuego permanente decretado por la organización terrorista ETA.

El silencio de Rajoy sobre el futuro de la banda armada coincide con la prudencia general que están manteniendo todos los dirigentes del Partido Popular sobre este tema, ya que, según fuentes de toda solvencia consultadas por Servimedia, el líder de los populares ha pedido absoluto silencio sobre ETA hasta que celebre con Zapatero la reunión prevista para el martes en el Palacio de La Moncloa.

En su intervención, el líder de los populares destacó el "polémico tratamiento jurídico" que el nuevo Estatuto otorga a cuestiones como que afectan a la vida, a la muerte y a la familia.

Advirtió de que la redacción definitiva del artículo 39 es "inequívoca" sobre la ampliación del aborto, ya que "deja abierta una puerta al aborto libre, que las políticas públicas de la Generalitat se encargarán de favorecer mediante un sinfín de campañas e iniciativas que pueden dejar sin contenido la actual legislación".

A su juicio, "lo que se dice del aborto puede afirmarse también de la eutanasia" porque, en el artículo 20, reconoce literalmente que "todos tienen derecho a vivir con dignidad el proceso de su muerte". Según Rajoy, "la literalidad del precepto no engaña" si se tiene en cuenta que el comité asesor de la Generalitat aboga por "la despenalización de la eutanasia y el suicidio asistido".

Después de que la Fundación FAES asegurase hace meses que el Estatuto abría la puerta a la poligamia al reconocer distintas formas de convivencia, Rajoy aseveró esta tarde en Barcelona que en el texto que va a aprobar el Congreso la familia "queda diluida con tratamientos confusos que permiten cualquier tipo de desarrollos en el futuro" y "desaparece incluso el concepto de matrimonio".

El presidente del PP, que recordó el origen humanista cristiano de su formación, se comprometió a hacer el "máximo esfuerzo" para explicar a los catalanes los inconvenientes del estatuto antes de que Pasqual Maragall convoque el referéndum en el que los ciudadanos deben ratificar el nuevo texto.

En especial, criticó el título de deberes y derechos que contiene el estatuto por suponer un complemento innecesario a los derechos ya reconocidos en la Constitución de 1978, así como por introducir nuevos matices como el derecho a disfrutar del paisaje o el derecho de las mujeres a desarrollar su personalidad.

Rajoy comparó cualquier catálogo de derechos con la "radiografía ética" de una sociedad, pero matizó que, en el caso del estatuto catalán, los redactores han hecho "todo lo contrario" y han introducido "el vicio de generar una inflación de derechos que devalúa su efectividad y daña el crédito de las instituciones".

El líder de los populares afirmó que, si realmente fuese necesario reconocer nuevos derechos a los españoles, estaría dispuesto a llevar a cabo una reforma de la Carta Magna "con el concurso de todos". Sin embargo, opinó que de lo que se trata aquí no es de ampliar derechos -como sostiene el Partido Socialista- sino de aprobar un modelo de sociedad"intervensionista"

Asimismo, denunció que el Estatuto acaba con algunos derechos de los padres, como el de elegir centro docente para sus hijos, optar por un sistema de enseñanza en castellano, o seleccionar un modelo educativo con asignaturas religiosas evaluables.