En declaraciones al diario "Levante", Reche recuerda el trágico suceso y afirma que "el camión hizo un zig-zag, se metió en mi carril, tuve que dar un volantazo y entonces vi que perdíamos el control. El autobús se arrastró un total de 80 o 100 metros, pero que parecieron interminables, que no acababan nunca".

Asimismo, recuerda que antes del accidente estuvo tomando un descafeinado "y hablando con los cavales. Cuando reemprendimos el viaje, había mucho tráfico y estuvimos hablando en la cabina un chaval de 10 años y un joven que ya conocía de otros viajes. No hacía ni 10 minutos que el joven había subido a su sitio cuando ocurrió la desgracia".

Salvador Reche fue llevado tras el accidente a la gendarmería, en la que, según manifiesta, se limitaron a tomarle el pulso y hacerle un análisis de sangre. "Allí me tuvieron durante 48 horas en las que no tomé nada. La policía francesa me trató como un asesio e incluso me insultaron", asegura.

"Además", añade Reche, "no me permitieron hablar con mi familia, ni ducharme, ni cambiarme de ropa. La puntilla fue cuando me hicieron un análisis de orina y me salió que había consumido cannabis. Dios mío, si yo no he consumido un porro en mi vida. No entendía nada".

Tras permanecer 18 días encarcelado en Nimes, Salvador Reche llegó el pasado viernes a Alicante. Sin embargo, según relata, "de un momento a otro el juez ordenará que regrese a Francia y lo haré,aunque el verdadero culpable es el camionero".