Salud y medio ambiente
Quemar carbón y residuos eleva la contaminación por mercurio
- Sobre todo en China e India por las emisiones de halógenos de vida corta, según un estudio
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Las recientemente descubiertas emisiones antropogénicas de halógenos reactivos de vida corta (cloro, bromo y yodo), principalmente por la quema de carbón y residuos, incrementan la oxidación del mercurio -una potente neurotoxina- sobre zonas continentales, lo que supone una mayor deposición de ese metal cerca de los puntos de emisión.
Ello aumenta la exposición al mercurio de las poblaciones cercanas a esas emisiones, según un estudio realizado por un equipo internacional liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La exposición a la contaminación se produce al entrar el mercurio depositado en la cadena alimentaria, con lo que llega, por ejemplo, al arroz, los peces, los mariscos y, en última instancia, a los seres humanos.
Los resultados del estudio, obtenidos con un modelo global de química atmosférica, revelan también que los mayores incrementos en la exposición humana a la contaminación por mercurio se sitúan en China e India, que son los principales emisores de mercurio y halógenos antropogénicos, estos últimos provenientes de la quema de carbón y residuos.
El trabajo, publicado en la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, destaca que este impacto -hasta ahora desconocido- debe considerarse en las políticas ambientales encaminadas a reducir los riesgos que conlleva la exposición a mercurio en la salud de seres humanos y en los ecosistemas.
“La química de oxidación del mercurio en la atmósfera es determinante para la deposición de mercurio atmosférico a la superficie de la Tierra, ya que produce compuestos oxidados de mercurio que son solubles y se depositan, principalmente, por las precipitaciones en forma de lluvia”, destaca Alfonso Saiz-López, investigador del Instituto de Química Física Blas Cabrera (IQF-CSIC) y coordinador del estudio.
Saiz-López añade: “Asimismo, se considera que las emisiones oceánicas de halógenos, potentes oxidantes del mercurio, son clave en la oxidación y deposición global del mercurio, particularmente en regiones oceánicas y polares”.
RIESGOS PARA LA SALUD
Además de las emisiones naturales de halógenos, en el estudio se incluyó una nueva fuente de halógenos proveniente de la quema de carbón y residuos. “Los resultados muestran que los halógenos antrópicos aceleran considerablemente la oxidación, y consiguiente deposición, de mercurio en áreas continentales”, apunta Saiz-López.
Este nuevo mecanismo de oxidación de mercurio incrementa la deposición de esta toxina en regiones cercanas a los puntos de emisión y, con ello, reduce el transporte de mercurio desde las zonas emisoras a regiones prístinas del planeta, como las zonas polares.
Estos resultados muestran la necesidad de reevaluar la contribución relativa de las emisiones de mercurio desde regiones contaminantes, como Asia, a la cantidad de mercurio distribuida por el planeta.
“Nuestros resultados apuntan a la posible importancia de un mecanismo anteriormente no considerado que deriva en una mayor oxidación, y deposición, de mercurio en zonas habitadas. Por tanto, parece necesario empezar a incluir las emisiones antropogénicas de halógenos reactivos, y su consiguiente química con el mercurio, en evaluaciones del ciclo global de este metal y sus riesgos para la salud en zonas pobladas y contaminadas”, concluye Saiz-López.
(SERVIMEDIA)
12 Mar 2024
MGR/gja