PUJOL PROPONE UN CONSENSO PARA ACABAR CON EL "CANIBALISMO" POLITICO AUNQUE ACLARA QUE NO PIDE UNA LEY DE PUNTO FINAL

BARCELONA
SERVIMEDIA

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, reclamó hoy un consenso general entre todos los partidos para poner fin al clima de "canibalismo" y "antropofagia"que afecta a la vida política española, pero dejó claro que no propone una 'ley de punto final'.

Pujol efectuó en primer lugar unas declaraciones a la emisora COM Radio, en favor de un "pacto tácito" similar al de la transición para salir de la actual crisis política.

Estas palabras originaron un gran revuelo político, al ser interpretadadas como una propuesta para pactar un olvido general sobre el GAL y otros "affaires" que convulsionan la vida política nacional, por lo que Pujol efectuó unas nuvas declaraciones, en Vic (Barcelona), para aclarar que no es partidario de una 'ley de punto final' al estilo de la promulgada en Argentina para exculpar de responsabilidades a los militares que participaron en la 'guerra sucia' contra los opositores a la dictadura militar.

En sus primeras declaraciones a la emisora COM Radio, señaló que es necesario un acuerdo entre los partidos porque "la gente debe recapacitar y ver que por este camino por el que vamos hay una antropofagia y un canibalismo que hac muy difícil las relaciones personales, la colaboración y el mínimo de objetivos que requieren las relaciones institucionales".

Recordó que el pacto que permitió la transición española fue explícito sólo en el terreno económico y social, y "tácito" en el ámbito político, "para no situar durante dos o tres años la polémica política en un punto que podría poner en peligro la convivencia".

Según dijo, "el pacto era sobre un montón de cosas relacionadas con la Guerra Civil, pero como además teníamos a conciencia de que nadie lo había hecho bien, fue fácil".

El presidente catalán agregó que "todos los bandos posibles tenían sus pecados. Yo, ahora, lo que digo es que la gente recapacite". Añadió que este clima afecta más a la vida política española que a la catalana y que "hay que acabar con este mal clima y mirar que desaparezca".

En sus posteriores manifestaciones en Vic, Pujol expresó su sorpresa por la acogida dada a sus palabras y recalcó: "no he dicho más que lo que vengo repitiendo desd hace meses y es que el estado de crispación y de exacerbación y de agresividad que domina gran parte de la política española no debe continuar, y que el país, desde los políticos a los periodistas y toda la sociedad en general deben recapacitar y darse cuenta de que éste no es el camino".

Añadió que "hay que actuar más de acuerdo con unas normas de respeto, de convivencia, de no faltar a la verdad, de no agresión de (que no haya) voluntad de destrucción del adversario, pero de esto no se puede sacar inguna propuesta mía respecto a una segunda transición, y mucho menos a un pacto para una ley de punto final".

Pujol reiteró que el propósito de sus palabras era llamar la atención para "hacer entender que hay que pacificar los ánimos a nivel de Estado".

Agregó que espera que, después de las elecciones catalanas, se produzca "una cierta tregua, para ver si se recupera la tranquilidad, porque un país crispado no funciona".

(SERVIMEDIA)
16 Nov 1995
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