Redondo abordó el análisis de las difíciles relaciones entre el PSOE y los sindictos en los últimos 13 años con ciertas dósis de autocrítica. "Si no reconocemos nuestros errores con las centrales sindicales nunca se podrá fraguar una relación, rentable, eficaz y sólida", dijo.

"Debemos pactar con los sindicatos mientras estamos en la oposición", continuó, "para incorporar esos acuerdos a nuestro poyecto político, a nuestro programa electoral y llevarlo a cabo cuando gobernemos".

"No podemos volver a utilizar a los sindicatos como hicimos en otros tiempos como un valor instrumntal al servicio de nuestro proyecto político", aseguró, "ya no valen las grandes palabras ni apelar a nuestro tronco común, nuestras relaciones deben basarse en el acuerdo sobre propuestas concretas".

Según el documento político que discuten hoy los socialistas de Vizcaya sobre el futuro del socialismo, los sindicatos de clase son "los aliados naturales" del PSOE con los que debe tratar de llegar a acuerdos en cuestiones referidas a política industrial, empresas públicas, protección social, reparto dl trabajo y creación de empleo, entre otras.

Redondo consideró positiva la influencia de los sindicatos en el PSOE porque "cuando los sindicatos dejan de tener influencia sobre los partidos de izquierda la tiene otros, tecnócratas y oportunistas, que vienen al rebufo del poder y del éxito económico".