El "mercadillo" del cónclave socialista es muy variado. Predominan los tenderetes de fundaciones como la Pablo Iglesias, Sistema y Jaime Vera, que ofrecen libros y revistas de contenido político, aunque también hay otros de agencias de viajes y bancos.

Sin duda, uno de los más visitados es el de Solidaridad Internacional, que además de presentar las últimas publicaciones del colectivo muestra infinidad de objetos de artesaní elaborados, en la mayoría de los casos, por pequeñas cooperativas familiares de diferentes países latinoamericanos.

Uno de los jóvenes encargados de atender el quiosco explicó a Servimedia que esta vez han tenido un éxito sin precedentes. "Hemos vendido casi toda la artesanía de Latinoamérica, y hasta las piezas que teníamos de Kenia o del Frente Polisario. Prácticamente no nos queda nada, apenas unas telas".

En el chiringuito de Solidaridad Internacional, por el que han pasado Matilde Fernández Alfredo Pérez Rubalcaba, Cristina Alberdi y Ramón Jáuregui, se puede encontrar desde mecheros, barajas y calendarios a veinte duros hasta edredones de Guatemala valorados en 5.000 pesetas (el artículo más caro y del que ya no hay existencias).

GUERRA Y RUBIAL

Otro "stand" muy concurrido es el del servicio fotográfico. Los asistentes al congreso pueden tener una fotografía con su político predilecto por el módico precio de 500 pesetas. Los encargados de atender el local comentaron que los personajesque más han centrado el interés del objetivo de las cámaras han sido Alfonso Guerra y Ramón Rubial.

El mostrador de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE también es de los más frecuentados y en él se pueden encontrar antiguos carteles electorales y de congresos anteriores.

Los artículos más demandados son insignias con el puño y la rosa, llaveros, ceniceros, jarras y bolígrafos con el emblema del 33 congreso. Un "pin" del PSOE cuesta cien pesetas, mientras que un encendedor plateado -la pieza má cara del tenderete- alcanza las 3.500 pesetas.

La segunda jornada de la convención socialista transcurrió con mayor normalidad que el día de la apertura. Los congresistas, muchos de los cuales lucían ayer chaquetas y corbatas, optaron hoy por un atuendo más propio del fin de semana: cazadoras y ropa deportiva.

Atrás quedaron las prendas de pana que en su día formaron parte de las señas de identidad del joven socialismo español. Muchos de los delegados socialistas llevan ahora ropa de marcas conoidas, quizás porque la renovación -no la ideológica, sino la de la moda- hace tiempo que llegó al partido de Pablo Iglesias.