Señaló que este "despilfarro a costa de las arcas públicas supone un negocio redondo para el comprador (todavía sin determinar porque esta venta aún no se ha producido), ya que el precio del alquiler -para que el comprador pueda amortizar la inversión- será necesariamente superior al de la venta por el Gobierno regional, que a su vez será superior a los 624 millones de euros por los que la Comunidad compró los trenes".

Añadió que este despilfarro también se producirá con la concesión privada de las líneas del metro ligero y dijo que "la gestión privada del Metro es una experiencia ya fracasada que supondrá un sobrecoste para los presupuestos de la Comunidad de Madrid".

Utilizando el referente del tren a Arganda (TFM) que tiene el mismo tipo de concesión que las futuras líneas del metro ligero, explicó que "el Consorcio ha pagado 1,75 euros por cada viajero que ha usado esta línea, sin embargo la concesión de los metros ligeros a Pozuelo, Boadilla y Sanchinarro plantea pagar más del doble (3,53 euros por viajero)".

"Si en el caso de TFM ya advertíamos que el sobrecoste de privatizar la línea supondría entre un 40% y un 60% más que si se hubiera realizado el gasto desde las arcas públicas, esta nueva concesión parece aún más deficitaria", dijo Quintana, quien destacó que "romper la unidad de la gestión del Metro, lógicamente, puede suponer más ineficacia".

"Sin duda va a resultar más caro y va a suponer la puntilla al progresivo caos en el que está abocándose la red de Metro", aseguro Quintana, para quien "la finalidad debe ser aumentar los viajes y los viajeros, no tener líneas fantasmas que sólo benefician a determinados privados".

Por otro lado, José Quintana apuntó "que no deja de ser curioso que las obras del metro ligero hayan sido iniciadas por la propia Comunidad de Madrid y que, cuando los trabajos ya se encuentran adelantados, se proceda a esta cesión".

"Entonces, o es un negocio redondo con grandes beneficios para el concesionario o no habrá empresa privada que le interese, y si esto es así, seguro que será a costa de los intereses de los madrileños que pagarán este sobrecoste de su bolsillo, a través de los impuestos o de futuras subidas en el precio del transporte", concluyó.