Esta es una de las conclusiones de un estudio titulado "Nuestros presos", recogido por Servimedia, en el que el psicólogo penitenciario Juan Romero Rodríguez analiza cómo son los internos de las cárceles españolas a tenor de su experiencia en los últimos veinte años.

Teniendo en cuenta esta trayectoria, Romero sostiene que, de acuerdo con su experiencia, la construcción en las últimas décadas de cárceles que están alejadas de las capitales, en algunos casos a más de cien kilómetros, ha generado "auténticos disparates".

Según este psicólogo, esta distancia ha generado problemas para el traslado de presos a juzgados y hospitales, así como "entorpecimientos a personal penitenciario, abogados, familiares, voluntarios, etc.".

A su juicio, este alejamiento de las prisiones de los núcleos urbanos está basada en la idea "absurda e incoherente" de que los centros penitenciarios "pueden crear malestar a los vecinos". En opinión de este experto, esto no tiene "nada de cierto", puesto que "existen múltiples cárceles en los centros urbanos o en las cercanías que muestran todo lo contrario".

Por este motivo, Romero Rodríguez sostiene que "las cárceles que se construyan próximamente deben estar integradas en la ciudad para facilitar la asistencia jurídica, médica y recursos psicosociales, porque la cárcel no es actualmente un lugar hermético y alejado, todo lo contrario, cada vez debe ser más cercana y más humana y, por tanto, más segura".

Al mismo tiempo, el autor del estudio "Nuestros presos" apuesta por impulsar los sistemas telemáticos de control de reclusos, como las pulseras GPS, ya que facilita la reinserción del penado y de sus familiares.