El evento se desarrollará este jueves, 17 de marzo, a partir de las 13.10 horas de forma ‘online’, según precisó la asociación en un comunicado en el que subrayó que en él se analizarán las últimas iniciativas sobre intervenciones basadas en evidencia e investigación de organizaciones de la sociedad civil, en colaboración con organizaciones internacionales y Estados miembro, con el fin de exponer “buenas prácticas” de prevención, tratamiento y reducción de daños.

La iniciativa cuenta con el apoyo de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, la Red Nacional de Drogas de Uruguay, la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, el Comité de ONG de Viena sobre Drogas, la Red Iberoamericana de ONG que Trabajan en Drogas y Adicciones, Dianova Internacional y el Instituto de Investigación Global Fundación Glori.

Proyecto Hombre defendió que los trastornos por consumo de drogas constituyen un problema de salud y de desarrollo a nivel mundial “de suma importancia” y recordó que los Estándares Internacionales para el Tratamiento de los Trastornos por Consumo de Drogas de Naciones Unidas y la OMS “alientan” a ampliar y mejorar la calidad de los servicios, las intervenciones y las políticas sobre drogas basadas en evidencia científica como parte integral del sistema de salud, convencida de que la sociedad civil es “crucial” para alcanzar este reto.

También este jueves, además de liderar su propio evento, coorganizará el evento paralelo que lidera la ONG Dianova Internacional y que pretende “poner el foco y dar mayor visibilidad" a los niños cuyos padres o madres consumen drogas, según explicó la asociación española, que añadió que en el encuentro se compartirán recomendaciones y tendrá lugar un debate sobre cómo diseñar intervenciones “basadas en los derechos humanos y dirigidas a toda la familia”.

El pasado martes la Asociación Proyecto Hombre participó en el evento organizado desde la Federación Mundial de Comunidades Terapéuticas sobre la importancia de tener comunidades terapéuticas basadas en evidencia como un “componente integral” de los sistemas de salud.