Así lo precisó Proyecto Hombre, que explicó que el informe, presentado hace unos días en el congreso mundial de la WFTC celebrado en Nueva Delhi, ha contado con la participación de especialistas de España, Brasil, Estados Unidos, Filipinas, Italia, Australia, Chile, Grecia o Bélgica y se ha “centrado” en describir los “fundamentos” de la comunidad terapéutica, el funcionamiento de la WFTC, el “alcance” en 2021 de las comunidades terapéuticas por países y regiones, así como el “perfil” de las organizaciones participantes.

Según la presidenta de la WFTC, Sushma D. Taylor, el estudio busca “proporcionar una imagen preliminar de los servicios que brindan algunas de las organizaciones miembro”, cuyo “enfoque” programático es “la recuperación de la persona en su totalidad”, incluyendo los aspectos “físico, emocional, mental y espiritual”.

Todo ello, a través de unos dispositivos que atienden a “una amplia variedad de perfiles de adicción”, con un “incremento” de grupos “vulnerables” como los de mujeres, niños, personas sin hogar, personas con VIH, hepatitis C, patología dual o delincuentes, y de los que, en 2021, se beneficiaron 585.830 personas, que recibieron educación, prevención, tratamiento y cuidados que “mejoran la adicción, la pobreza, la falta de vivienda, el desempleo y la vulnerabilidad social” que les afecta en mayor o menor medida.

De ellas, casi 80.000 personas (13,6%) fueron asistidas por organizaciones miembro de la WFTC en nueve países europeos, con Grecia y España “al frente”.

La experta puntualizó que, desde su puesta en marcha hace más de 50 años, el contexto en el que operan "ha cambiado", con "nuevos patrones de dependencia, una gama más amplia de sustancias usadas a menudo en combinaciones sinérgicas, así como la normalización del uso de sustancias en algunas regiones geográficas”.

Tras defender “la eficacia y el costo-efectividad" de la comunidad terapéutica "tanto a nivel individual como comunitario”, entre los “muchos desafíos y oportunidades” a los que, a su entender, se enfrentan estos dispositivos, mencionó la importancia de seguir “fortaleciendo” la red y desarrollar “nuevas formas de trabajar para mejorar la calidad y la eficacia de los servicios” que presta con el fin también de “reducir el daño individual y social” de las adicciones “mientras mejoran la salud individual y social en su contexto más amplio”.

La presidenta de la federación reivindicó también el modelo de comunidad terapéutica como “componente esencial y eficaz" de un sistema "integral" de prevención, tratamiento e integración social de las personas con adicciones.

EL INFORME

El informe hace hincapié en que, según los últimos datos ofrecidos por las Naciones Unidas, alrededor de 284 millones de personas de entre 15 y 64 años consumieron drogas en todo el mundo en 2020, un 26% más con respecto a la década anterior, de las cuales unos 29,5 millones (más del 10%) consumen sustancias “de forma problemática y presentan trastornos relacionados con el consumo de drogas” y lamenta que los jóvenes están consumiendo "más drogas que las generaciones anteriores en muchos países”.

Junto a ello, subraya que las mujeres “están consumiendo drogas al mismo ritmo que los hombres”, algo que la federación consideró “nuevo en el escenario mundial”. Además, puntualizó que existe una “creciente necesidad” de hacer frente al “daño social” que provocan las drogas y a una “creciente necesidad de prevención, especialmente entre los jóvenes”.

Del total de organizaciones encuestadas, 75, esto es el 56%, están radicadas en América Latina y tienen presencia en siete países, mientras que Europa es la tercera región en número total de encuestados, con 13, que suponen el 11,9%, y tiene el mayor número de países representados, con un total de nueve (34,6%).

Con respecto al “alcance” del trabajo de estas entidades, 13 de las 127 tienen una dimensión internacional (10,2%), 75 operan a nivel nacional (59,1%) y 39 tienen actividades locales (30,7%).

La mayoría de las organizaciones, esto es 73 (57,5%), reportaron labores de educación, prevención, tratamiento y atención de apoyo que "mejora la adicción, la pobreza, la falta de vivienda, el desempleo y la vulnerabilidad social" de los usuarios, mientras que sólo 11 (8,7%) confirmaron labores que incluyen una relación con los gobiernos nacionales e internacionales y otras organizaciones en el campo y representación de otras organizaciones en el contexto regional e internacional, y 43 (33,9%) reportaron ambos tipos de actividades.

Para el próximo año el “nuevo desafío” de la federación es “recopilar datos más detallados” sobre sus organizaciones así como “compartir logros y las prácticas más exitosas", que, a su juicio, "podrían ser útiles en todo el mundo”.