Hace unos días, María Dolores Guerrero Junquera, una heroinómana y prostituta, perdió la vida en Madrid, en el domicilio de un enfermo mental. La mujer trabajaba la calle en la zona de la Ballesta, junto a la Gran Vía.

El colectivo considera que el hecho de que las prostitutas sean las principales víctimas de estos sucesos no es ninguna casualidad "por la estigmatización social que hoy día sufren las prositutas, sobre todo aquéllas más débiles, las que trabajan en condiciones de mayor precariedad y las que están enfermas debido al consumo de heroína".

"Demasiado reciente está el asesinato de otras dos prostitutas transexuales", recuerda el colectivo. En su opinión, para acabar con el rechazo hacia estas mujeres y comenzar a cambiar las mentalidades en torno a la prostitución (la 'mala' es ella, no el cliente) "habría que comenzar a hablar de forma urgente de los derechos de las prostitutas y de sus neesidades más básicas".