El programa, desarrollado por el coordinador del Servicio Escocés, Blyth Wright, recoge datos tomados por observadores que detallan información relaiva a la temperatura, velocidad del viento, nevadas, temperatura de la nieve en diferentes profundidades y, sobre todo, de las capas de nieve, el mejor indicador para determinar la posibilidad de avalanchas.

Los gráficos en tres dimensiones ofrecen una visión virtual muy aproximada de las montañas y con sombras rojas se indican las zonas donde hay mayor riesgo de avalancha.