Músicos de orquesta, barmans, personal de seguridad y organización de conciertos, entre otros profesionales, se ven afectados por altos niveles de ruido regularmente. Sólo los miembros de orquestas sinfónicas rebasan ligeramente los 85 decibelios, considerados "reglamentarios" por los expertos.

Otras profesiones más relacionadas con la noche soportan niveles normales de hasta 5 decibelios, y esto durante 40 horas semanales, según el promedio hallado por el Instituto Nacional de Riesgos para la Salud, en Francia.

Los que corren un mayor riesgo, según informes recopilados tras varios estudios, son los técnicos e ingenieros de sonido y técnicos de grabación musical y de iluminación. Son los que están más expuestos a la música amplificada a altos niveles y por los que este instituto ha mostrado más preocupación.

Cuando los músicos tocan en salas reducidas, el nivel de decbelios alcanza fácilmente los 100. En salas o espacios más amplios hay que ofrecer un sonido "más potente" al público, llegándose a los 105 decibelios, e incluso hasta los 115.

Este instituto francés hace un llamamiento para reducir la exposición al sonido de estos profesionales, sobre todo en salas de concierto y discotecas. También recomienda a los implicados realizar controles audiométricos regulares y disponer de protectores individuales contra el ruido.