LA PRODUCCION DE VACUNAS EN PLANTAS DEBE LOGRAR CONCENTRACIONES DE ANTIGENOS SUFICIENTES PARA QUE SEAN RENTABLES
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Las investigaciones realizadas en los últimos años han demostrado l capacidad de las plantas para producir proteínas ajenas que sirvan para obtener vacunas contra enfermedades humanas, aunque todavía no está tan claro que puedan lograrse concentraciones elevadas que eviten costosos procesos de producción.
Según explicó hoy en Madrid Juan Antonio García Alvarez, investigador del Centro Nacional de Biotecnología especializado en virología vegetal, para conseguir que esta vía de producción sea factible todavía hay que investigar sobre los factores que dan estabilidad delas proteínas originadas en células vegetales.
Apuntó que la producción de antígenos en planta es más barata que los que se generan por procesos de biotecnología en laboratorios, aunque todavía debe demostrar que los costes de producción puedan desbancar a los métodos actuales.
La introducción de vacunas "comestibles" precisaría, a su juicio, de una regulación específica, que previniera las contaminaciones al escapar los antígenos (moléculas capaces de producir anticuerpos) logrados al medio ambinte.
La biotecnología vegetal nació para conseguir plantas más resistentes a las plagas, obtener una mejor calidad del producto y lograr nuevas aplicaciones y compuestos, como afirmó Antonio Villarino, catedrático de Bioquímica de la Complutense y vicepresidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación.
El profesor Villarino señaló que, pese al temor ante los organismos modificados genéticamente, la agricultura tradicional ha modificado continuamente los vegetales para otener mejores cosechas. Actualmente, entre el 90 y el 95% de todos las plantas que conocemos ya han sido modificados genéticamente por acción del hombre o de la naturaleza.
LA SOJA, LA REINA DEL TRANSGENICO
Este experto comentó que existen 44 millones de hectáreas de cultivos transgénicos en el mundo. Estados Unidos son los mayores productores, con 30 millones de hectáreas, y la soja es el vegetal más plantado, con el 58% de la producción total. En España, se ha autorizado el cultivo de tres tipos dstintos de maíz transgénico.
Antonio Villarino explicó que entre los beneficios potenciales de estos cultivos, mitigar el hambre del mundo es el más destacado, teniendo en cuenta, a modo de ejemplo, que en 2025 la alimentación de más de 4.500 millones de personas en Asia dependerá del arroz, "un cultivo que además se está reduciendo en ese continente".
Entre los efectos indeseables, apuntó la generación de malezas más resistentes, y las posibles reacciones alérgicas de los pólenes de plantas modiicadas.
(SERVIMEDIA)
09 Mayo 2003
EBJ