Los procesados son acusados de 75 delitos de corrupción de menores -----------------------------------------------------------------
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El fiscal solicita 450 años de prisión para el dirigente de la secta "Edelweis", Eduardo González Arenas, "Edy", como presunto autor de 75 delitos de corrupción de menores, penas que se reducen a 225 años para cada uno de los otros once dirigentes de lo que aparentemente era un club de montañeros.
El juicio comenzará el prximo lunes en la Audiencia Provincial de Madrid casi 7 años después de que se desarticulara la secta ante la denuncia presentada por los padres de algunas de las víctimas, cuyas edades oscilaban entre 11 y 12 años.
Los otros once procesados son Millán Arroyo Méndez, Ignacio de Miguel García Mas, Javier Bueno Huertas, Eduardo Gómez Ballesteros, José Luis Mariño Martínez, Antonio Gutiérrez Rodríguez, Carlos de los Ríos Ferreiro, José Garrido Gil, Juan Iriarte Aguirrezabala y Javier Marcos Martínez, que,según el fiscal, actuaban como instructores de los menores, que eran atraídos al grupo a través de los núcleos de relación familiar y escolar.
Según el relato del ministerio público, todo empezó en 1970, cuando González Arenas decidió crear grupos que, bajo la apariencia de promover el espíritu de aventura y amor a la naturaleza, aglutinaron a niños de 11 y 12 años, "a los que inculcaba hábitos y pautas de conducta que les hará proclives a sus apetencias sexuales".
En un primer momento, el procesdo desarrolló esta actividad en Alicante en una época en la que fue condenado por delitos de estafa en 1971 y 1976, en 1979 por escándalo público y en 1982 por corrupción de menores.
Poco después, "Edy" se trasladó a Madrid, donde fundó "Edelweis", que en apariencia era un grupo de montañeros, pero que sirvió para adoctrinar a los muchachos en prácticas homosexuales.
ESTADO DE PERFECCION
Los instructores hablaban a los niños sobre la existencia de los planetas "Nasar" y "Delhais", en donde la vda discurría en libertad absoluta y a la que podrían viajar si alcanzaban un estado de perfección.
Este estado sólo se alcanzaba olvidándose de la educación familiar y practicando el amor con sus maestros y compañeros de grupo, doctrinas que los instructores acompañaban con actos de masturbación entre sí o con algún menor.
Los adolescentes estaban obligados por otra parte a prestar un juramento de silencio por el que se comprometían a no contar nada de lo que se hacía en el grupo a sus familias. Para estimular el aprendizaje, habían establecido categorías en el grupo, a las que se accedía a medida que los menores mostraban su fidelidad a la secta y que iban desde los iniciados o "jabatos" a los "guardias de hierro", último estado en el que eran marcados en la axila izquierda con un alambre que formaba una "h" y una "i" cruzadas.
Posteriormente, la secta se fue extendiendo a las islas Canarias, Vigo y San Lorenzo de El Escorial (Madrid), donde se encontraban en ciernes cuando los responsabes del grupo fueron detenidos.
El proceso se alargó ante la indecisión de la Justicia, que no acertaba a decidir si los hechos debían juzgarse en la Audiencia Nacional o la Provincial de Madrid.
A la vista han sido citados más de 40 testigos, entre ellos algunos de los 75 menores que padecieron estas prácticas y que en la actualidad han superado la mayoría de edad.
(SERVIMEDIA)
21 Sep 1991
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