Según la Coda, la mayor parte del dinero se dedica a la construcción de grandes obras hidráulicas, fundamentalmente embalses de grandes dimensiones que, a juicio de los ecologistas, provocarán un grave impacto ambiental y social, y citan los pantanos de Irueña (Salamanca), Santa Liestra (Huesca), Melonaes (Sevilla), Rialp (Lleida) y Andévalo (Huelva).

Asimismo, la organización denuncia que el ministerio prevé importantes inversiones para el encauzamiento de ríos, actividad que puede provocar la destrucción de algunos cauces y bosques de ribera.

Por el contrario, la coordinadora considera insuficientes los presupuestos que se destinan a aspectos "puramente conservacionistas", salvo en el caso de los parques nacionales.

En este sentido, la Coda destaca que la partida destinada a deslinde de ominio público hidráulico pasa de 1.000 millones de pesetas en 1998 a algo más de 300 en 1999, a pesar de que el deslinde del dominio público hidráulico es fundamental para garantizar la conservación de cauces y riberas, así como para evitar catástrofes como la de Biescas o Badajoz.

La Coda también califica de escasas las inversiones previstas en depuración de aguas residuales y la conservación de especies amenazadas.