El plan de trabajo se realiza en cuatro zonas de las playas de Corrubedo, una extensión de aproximadamente dos kilómetros, en donde las tareas de limpieza están resultando laboriosas debido a que el hidrocarburo aparece muy fragmentado y entremezclado con la arena.

Esta circunstancia obliga a los 250 voluntarios a escarbar para encontrar el fuel, que se presenta en frma de las ya denominadas galletas. Cuando aparecen manchas de mayor tamaño la manera de proceder es realizar una cata que determine la profundidad del vertido a fin de retirarlo de una sola vez.

La actividad de los voluntarios se inicia a las nueve de la mañana y se interrumpe cuando sube la marea, momento que aprovecha el dispositivo para descansar y comer a pie de playa. Las labores se reanudan con la bajada de la marea. El fin de la jornada lo marca la caída del sol.

El primer dispositivo de oluntarios coordinado por la Comunidad de Madrid permanecerá en Galicia hasta el 24 de diciembre. Un día después tomará el relevo un nuevo equipo, entre civiles y efectivos de Bomberos, Protección Civil y Agentes Forestales. Todos los voluntarios son equipados a diario con trajes de protección, guantes y mascarillas con filtro de carbono desechables, además de un par de botas y otro de gafas que se suministran semanalmente.