Según comentó a Servimedia el mismo director del centro, Juan Francisco Fernández, Payarés le dijo: "Sé que he cometido una locura, pero tengo problemas familiares y he tenido que venirme".

El preso, que cumplía una condena de dos años, cuatro meses y un día de prisión por un delito contra la salud pública y otra de seis meses por tenencia ilícita de armas, disfrutaba de un régimen semiabierto, ya que participaba en las obras de acondicinamiento de la nueva cárcel de Jaén, situada en la carretera nacional 323 (Bailén-Motril).

De esta forma, pudo salir tranquilamente por la puerta, ya que en el centro, todavía sin inaugurar, sólo se encontraban 17 internos a los que se permitían algunas libertades, como la de acudir a los juzgados sin compañía policial.

El director de la prisión manifestó que este hecho no repercutirá en la falta de vigilancia existente en la nueva cárcel e insistió en que Payarés no se ha fugado, sino que "ha qubrantado la condena, que no es lo mismo".

Añadió que esta falta dificultará la libertad condicional de Francisco Payarés, al que le quedaban menos de dos años para obtenerla. En la actualidad, el régimen semiabierto que tenía le permitía salir todos los fines de semana y disfrutar de nueve días de permiso al mes, beneficios que perderá cuando vuelva a ingresar en prisión.