EL PRESO FUGADO DEL HOSPITAL DE PUERTO REAL, CONTO CON SU ESPOSA COMO PRINCIPAL COLABORADORA DE UN PLAN METICULOSAMENTE URDIDO
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La policía seguía, a mediodía de hoy, la búsqueda del gitano Jesús Jiménez Silva, el preso fugado del Hospital Clínico del Servicio Andaluz de Salud de Puerto Real (Cádiz), que cumplía 40 años de condena en el Centro de Cumplimiento de Alta Seuridad Puerto I, de El Puerto de Santa María, por tres delitos de violación, un homicidio y un intento de asesinato.
Según informaron a Servimedia fuentes policiales, los controles e investigaciones para tratar de dar con el fugado -catalogado como "muy peligroso"- continuaban a esa hora a escala nacional.
Los portavoces policiales consultados por esta agencia consideraban que Jiménez Silva y su esposa, Pilar Hernández Blázquez, también de raza gitana, que conducía el Renault 21 matrícula M-6107-H empleado para la escapada, podrían estar escondidos en algún refugio preparado con antelación en la propia provincia gaditana.
Dadas las características de la huida, los investigadores consideran que fue preparada meticulosamente.
El preso estaba ingresado en ese centro sanitario esposado a una cama, en espera de que le sometieran a una intervención quirúrgica. Momentos antes de la fuga, había recibido la visita de su mujer, con la que compartió un "vis a vis" autorizado.
Poco después, el nico policía que le custodiaba salió de la habitación para atender una llamada telefónica de carácter "oficial", que resultíó ser un ardid, ya que nadie respondió al otro lado de la línea.
El recluso, que había quedado esposado a la cama y que debió tener los grilletes manipulados, aprovechó la ocasión para fugarse utilizando una zona del hospital poco frecuentada, desde donde subió al automóvil que le esperaba en la calle, con su esposa al volante y el motor en marcha, en el que desaparecieron.
NUEA DENUNCIA
El Sindicato Unificado de Policía que en varias ocasiones ha protestado por las condicicones en la que los agentes tienen que vigilar a reclusos en los centros sanitarios, hizo pública una nota, en la que responsabiliza de lo ocurrido al jefe de seguridad ciudadana de la comisaría de El Puerto de Santa María (de la que depende el término de Puerto Real), Clemente Pastón Carrasco, y al comisario jefe provincial de policía, Franaicsco Arrobola Larrubia, que diseñó y dio el "visto bueno" al oprativo de vigilancia de reclusos en hospitales.
El SUP recuerda las condicionces de peligrosidad sanitaria y física en que ejercen la vigilancia los funcioanrios (sólo permanece uno en la habitación del preso), y se muestra contrario a que los presos enfermos permanezcan atados a las camas, "como si de animales se tratara, aunque sean delincuentes".
Reinvidica finalmente la daptación de una sala de seguridad en el Hospital Clínico, aunque el de Jiménez Silva sea el primer caso de fuga que se prodcen en este centro sanitario.
(SERVIMEDIA)
07 Sep 1993
C