En su discurso, Casas, quien también animó a la sociedad a que haga del cambio "la regla y no la excepción",hizo suyo el lema de este congreso: "La igualdad no es una utopía, pero requiere esfuerzo continuado en todas las áreas y direcciones".

La presidenta del Constitucional analizó las causas de la desigualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral y calificó la incorporación masiva de la mujer al trabajo en la década de los setenta como un hecho histórico e innovador tan importante como la aparición de las clases sociales surgidas tras la revolución social del siglo XIX.

Denunció que en tiempos de crisis la mujer es quien más sufre sus consecuencias: "la precariedad, los horarios rígidos que impiden conciliar la vida familiar con la laboral, la doble y triple jornada y el despido".

Por su parte, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, reivindicó la reflexión y la acción como mecanismos de cambios sociales para conseguir que "cada mujer sea dueña de su propio destino" y añadió que la igualdad no es aún una meta lograda.

Carlos Berzosa, rector de la Complutense, confesó estar muy orgulloso "por haber podido organizar este congreso mundial" que finaliza el 9 de julio y en el que participarán más de 3.000 personas, procedentes de 100 países, con 130 ponencias, como la de la directora ejecutiva del Fondo de Desarrollo de las Nacionales Unidas para la Mujer, Inés Alberdi, así como Somaly Mam, premio Príncipe de Asturias a la Cooperación Internacional, entre otras.