El descubrimiento ha tenido lugar cuando la pinacoteca ha llevado a cabo, en colaboración con OHL, un trabajo de acondicionamiento arquitectónico de los paramentos y el pavimento del patio norte del edificio Villanueva para abordar una nueva intervención museográfica con obra escultórica no expuesta hasta ahora, según informó este jueves el Prado.

En ese lugar se presentan 20 relieves de tamaños diferentes en un formato ovalado irregular; se trata de cabezas de perfil que llenan prácticamente toda la superficie escultórica, como sucede en los camafeos, con los que estos relieves presentan una estrecha relación.

Entre estos relieves, destacan los clípeos de personajes barbados, que portan una corona de laurel al modo tradicional de los emperadores romanos, y otros en los que se pueden observar tocados distintos, todos ellos de raigambre clásica.

El Prado explicó que la identificación de las figuras no puede llevarse a cabo al carecer de atributos o inscripciones, y todas ellas comparten la sencilla ejecución de su labra.

En ese sentido, las “extraordinarias coincidencias” con una serie de piezas radicadas en diversos lugares de Italia han posibilitado “proponer para todos ellos un origen común dentro del estilo llamado ‘federiciano’ y catalogados hacia 1250”.

Este estilo, muy destacado en la glíptica, coincidió con la época de Federico II, rey de Sicilia y emperador del Sacro Imperio Romano, que fue considerado como ‘stupor mundo’ (asombro del mundo’ y tuvo inquietudes intelectuales en todo tipo de disciplinas.

Algunos de estos relieves se han relacionado con la decoración de un desaparecido monumento del Capitolio de Roma, construido para albergar los restos del ‘carroccio’, una simbólica carroza militar arrebatada por Federico a la Liga Lombarda en la batalla de Cortenouva, y que el soberano regaló a la ciudad en 1237.