González Pons respondió de este modo, en rueda de prensa, al portavoz socialista en el Senado, Juan José Laborda, quien ha insistido en la conveniencia de celebrar cuanto antes el citado debate autonómico, que no se convoca desde 1997.

El senador del PP subrayó que la propuesta de su formación es realizar "un debate que se pudiera desarrollar a lo largo de varios meses, con múltiples debates sectoriales, y que finalmente terminara con un gran debateresumen", en vez de "un debate de duración de 48 horas con multitud de presencias y con multitud de discursos, superponiéndose los unos a los otros, sobre cualquier materia", como ocurre con el modelo actual.

Asimismo, manifestó que no entiende "cómo se puede pedir que se celebre el debate cuando se ha manifestado que el debate es inútil y cuando se ha manifestado que el formato del debate hay que cambiarlo", ya que la propuesta de modificación fue aprobada sin ningún voto en contra.

Señaló que tdos los grupos están de acuerdo en que el actual formato del debate "es aburrido, inútil y se corresponde con un tiempo ya pasado, que era el de la descentralización". "Habría que buscar un formato en el que las comunidades autónomas y el Gobierno se pusieran de acuerdo sobre las políticas que comparten".

Según González Pons, no puede atribuirse sólo al PP la responsabilidad de que la ponencia que debería haber empezado a estudiar al cambio de formato no haya comenzado sus trabajos, ya que en ella estn representados todos los grupos parlamentarios.

"Cuando llega la Navidad, el PSOE solicita ante el pleno que se celebre el Debate sobre el Estado de las Autonomías, pero no lo ha solicitado ninguna vez donde debe hacerlo", dijo el portavoz popular, quien concluyó que la petición socialista "es un gesto para la galería que nos anuncia la llegada de las fiestas más entrañables del año".

Detrás de la moción del PSOE "hay una voluntad de volver a sacar a relucir el tema de la reforma del Senado", dio González Pons, quien agregó que "las posiciones máximas que están expresando los partidos nacionalistas en los últimos tiempos hacen que sea una completa imprudencia abordar una reforma del Senado que incluya una posible reforma constitucional".

"Las circunstancias políticas no son las apropiadas para abrir debates sobre reformas constitucionales que afecten al modelo territorial del Estado, y una reforma del Senado es una reforma que claramente afecta", insistió.