Las eurodiputadas del PP Pilar Ayuso y Esther Herranz lograron convencer a la mayoría del Grupo Popular Europeo, el más numeroso de la Eurocámara, para que votara en contra de esa mención, que se había introducido en el informe al ser aprobada en la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo una enmienda presentada por el socialista holandés, Thijs Berman.

El pleno del Parlamento Europeo rechazó la mención por 412 votos frente a 178 y 15 abstenciones, según las mismas fuentes.

Durante el debate del informe y a pregunta expresa de Pilar Ayuso, la comisaria europea de Agricultura, Marianne Fischer-Boel, admitió que "el Tratado no permite que la UE actúe en relación con animales que son parte de actividades o espectáculos culturales en los estados miembros".

Ayuso defendió, tanto en el Grupo Popular Europeo como en el pleno, que era "ridículo" equiparar las corridas de toros "con la lucha de perros o gallos entre sí" como figuraba en el informe.

La enmienda socialista incluida en el informe pedía a la UE "que ponga fin a la lucha de perros, toros y gallos, mediante la legislación nacional o comunitaria, según los casos, y que se asegure de que las personas implicadas no reciben subvenciones nacionales o estatales en relación con sus actividades".

La eurodiputada popular señaló que las corridas de toros son parte de "la cultura y la tradición en España y en ellas el toro participa en una lucha noble e inteligente con el hombre donde, a veces, el que muere es el hombre", por lo que no existían razones objetivas para equiparar unas y otras prácticas.

Además, manifestó que el toro de lidia contribuye al mantenimiento de las dehesas y, en consecuencia, "al mantenimiento del paisaje y la protección del medio ambiente" y que "si se trata de condiciones de bienestar animal, el toro vive en condiciones infinitamente mejores que el vacuno dedicado a la producción de carne o de leche, porque pasa su vida libre en el campo y con los mejores cuidados alimenticios y sanitarios posibles".

El objetivo del informe del Parlamento Europeo que había elaborado por la eurodiputada democristiana alemana, Elisabeth Jeggle, trataba de formular recomendaciones al próximo Plan de la UE sobre protección y bienestar de los animales, pero fue objeto de múltiples enmiendas presentadas por los eurodiputados socialistas y ecologistas para adoptar las medidas más restrictivas posibles.