Fue el propio Rajoy el que subió a la tribuna para defender la proposición no de ley que él mismo registró en el Congreso de los Diputados acompañada de más de cuatro millones de firmas.

Pese al intento del PP de dar la máxima relevancia a este debate, los demás grupos parlamentarios optaron por minimizar la sesión y dejar en el banquillo a los titulares de las portavocías de los grupos.

Además, al ser una proposición no de ley, el debate está tasado por el Reglamento del Congreso, con tiempos de intervención limitados y sin posibilidad de un segundo turno de palabra más allá de la mera aceptación o rechazo de una enmienda.

La postura de CiU fue defendida por Jordi Xuclá, que juzgó "inaudita" la iniciativa del PP asi es verdad que su presidente, Mariano Rajoy, conoce la Constitución, los mecanismos de reforma de los Estatutos y la ley que regula las convocatorias de referendum.

Xuclá pidió al PP "que se respete a sí mismo" como parte de las Cortes Generales y, "aunque sea tarde, abandone este camino equivocado" que no ha supuesto más que ruptura de puentes, confusión a ciudadanos de buena fé y, en definitiva, "una estrategia suicida para ustedes y para el conjunto de la convivencia en España".

Agustí Cerdá, de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), aseguró que, según los argumentos esgrimidos en varias ocasiones por los grupos mayoritarios, "no hay base legal" para hacer lo que reclama esta iniciativa.

Por el PNV subió a la tribuna Aitor Esteban, para quien el PP "no sigue sus propias reglas" al pedir este referendum mientras se opone a celebrar otras consultas.

Joan Herrera intervino en nombre de Izquierda Unida- Iniciativa per Catalunya-Verds, para denunciar que el PP "lo fió todo al fracaso del Estatut" haciendo gala de una "infinita desfachatez" en la exposición de sus argumentos.

"La mejor desautorización de sus argumentos, el mejor revés a sus mentiras", dijo a los diputados del PP, será el respaldo de los ciudadanos catalanes el próximo 18 de junio.

Por Coalición Canaria, Luis Mardones expresó su rechazo a una iniciativa que, desde su punto de vista, sólo provocaría una confrontación de consecuencias "calamitosas".