Sánchez, que señaló que esta política no difiere de la practicada en otros países europeos, añadió que "dese estos parámetros se puede entender que la generosidad que ha habido en otras épocas en la Europa acogedora está bastante ausente y no contribuye mucho a crear en la sociedad un clima de acogida".

El secretario añadió que la Iglesia está en contra de "una emigración salvaje" y pide que sea regulada, pero subrayó que, ante todo, hay que considerar a los inmigrantes como personas.

Por ello, según el citado documento, la Iglesia se propone animar a ser más generosos y a una mayor predisposición a aoger a los emigrantes, al tiempo que ofrecer "una guía segura y práctica para la pastoral y para el trato con ellos".

Dividido en tres partes, el documento aborda en la primera la situación y perspectivas de los inmigrantes en España y en Europa; en la segunda, analiza, desde la vertiente eclesial, las lineas de acción que propone la doctrina social de la Iglesia; y por último, la vertiente ético-política que defiende al extranjero como "ante todo una persona y que como tal debe ser tratada".

Tra alertar a los medios de comunicación sobre su importante papel en este tema, recoge algunas propuestas como el reconocimiento del derecho al voto a los inmigrantes, aunque sea para las elecciones municipales.