LA POLICIA VIO A SAN JOSE PARDO CUANDO INTENTABA ASESINAR A UNA DE SUS VICTIMAS EN EL MESON "EL LOBO FEROZ"
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Uno de los policías que participó en la detención de Santiago San José Pardo pudo verle, a través de una de las ventanas del mesón "El lobo feroz", "con lasmanos ensangrentadas y empuñando un cuchillo", mientras oía los gritos de una mujer que pedía auxilio.
El agente fue uno de los testigos propuestos por el fiscal durante la última sesión de la vista oral contra San José Pardo, celebrada hoy ante la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Madrid, acusado de asesinar a dos prostitutas, cuyos cadáveres emparedó en los sótanos del local, y de intentarlo con una tercera, que salvó su vida gracias a la intervención policial.
El miembro del Grupo deHomicidios de Madrid explicó a los magistrados que fue esta visión la que les impulsó a entrar "a toda costa" en el mesón, donde encontraron a Araceli Fernández Regadera "sentada en el suelo, semiinconsciente y con varias heridas".
La víctima permanecía en la entrada del comedor del bar, que estaba, según su versión, "completamentamente manchado de sangre, incluso con un gran charco en el suelo".
A preguntas del acusador público, el policía fue tajante cuando afirmó que, de no haber sido por la itervención de la patrulla a la que pertenecía, Araceli Fernández hubiese muerto "irremediablemente".
Por su parte, el jefe del grupo narró a los integrantes del tribunal que San José Pardo identificó "sin lugar a dudas" uno de los cadáveres hallados en el mesón, el de Luz Varela, confirmando la hipótesis que manejaba la policía gracias a los datos que facilitó su madre cuando denunció la desaparición.
"COMPLETAMENTE RESPONSABLE"
El "desfile" de policías ante la sala en la sesión de hoy, unido a de peritos celebrado ayer, sirvió para que el representante del Ministerio Fiscal mantuviese su petición de 74 años de cárcel para el presunto asesino, aunque modificó sus conclusiones provisionales y calificó el delito cometido sobre Araceli Fernández como tentativa de asesinato.
Respecto al resto de relato de hechos, mantuvo su tipificación como dos delitos de asesinato consumados y otros dos de inhumación ilegal, apreciando también el agravante de alevosía.
En su opinión, el acusado es un psiópata, "pero esto no aparece combinado con ningún otro rasgo que permita determinar que su imputabilidad pueda estar ni siquiera alterada", por lo que le considera una persona completamente responsable desde el punto de vista penal.
La acusación particular ejercida por la madre de Luz Varela coincidió en este punto con el relato fiscal, haciendo especial hincapié en las declaraciones del acusado ante la policía y el juez instructor, en las que reconoció todos los hechos.
Esta acusación solicitó dl tribunal una pena de 87 años de cárcel para San José Pardo, así como que se le condene al pago de veinte millones de pesetas en concepto de indemnización, destinados a las dos hijas de la prostituta asesinada.
JUZGAR A UN ENFERMO
Por su parte, el abogado defensor mantuvo su petición de libre absolución, "con todas las medidas cautelares procedentes", al considerar que es necesario aplicar la eximente completa de enajenación mental.
Según su informe, "hoy hemos juzgado a un enfermo, cuya actuaión en aquellas tres ocasiones responde a una anormalidad dramática".
El letrado, Boto Escamilla, criticó duramente los tres informes periciales presentados ayer a la sala por sus autores, forenses psiquiatras, e incluso pidió a los magistrados que desestimen en su totalidad uno de ellos, elaborado por el doctor Ramón Núñez Parra.
Sin embargo, recogió uno de los testimonios del profesor Juan Antonio García Andrade, quien afirmó que si el acusado volvía a beber alcohol volvería a asesinar, para apyar su tesis de que toda la actuación de su cliente estuvo presidida por el transtorno mental que le produjo el consumo ingente de esta sustancia durante los últimos veinte años.
(SERVIMEDIA)
22 Ene 1991