Un grupo especial de la Brigada de Policía de Madrid, en colaboración con agentes de las comisarías de distrito y con la Policía Municipal de Alcobendas, investiga intensamente la decena de robos con violencia que se han producido durante el último mes en las urbanizaciones.

Los investigadores creen que la banda de atracadores que opera en la zona está itegrada por al menos tres personas de origen sudamericano, que actúan con violencia descarnada con sus víctimas, a las que con frecuencia causan heridas graves.

Los vecinos de la zona reconocen que el descubrimiento del cadáver de Anabel Segura, secuestrada en abril de 1993, ha sido "un mazazo" y ha provocado cierta psicosis entre los habitantes de los chalés. Al parecer, la joven fue secuestrada al azar, ya que los raptores no habían elegido una víctima concreta.

ATERRORIZADOS

"Estamos aterrorzados" por el descubrimiento del asesinato de la joven y "procuramos denunciar todos los movimientos extraños que observamos, pero siempre tratando de seguir con nuestra vida normal", aseguró a Servimedia una vecina de La Moraleja.

Desde hace meses no se ven chichas jóvenes paseando solas por las calles de las urbanizaciones. Suelen ir en grupos y, a ser posible, acompañadas de algún chico.

A la vista de los limitados recursos de la policía y los ayuntamientos, los vecinos se ven obligados a hace inversiones millonarias en medidas de seguridad, que incluyen la contratación de personal especializado para vigilar los accesos a las viviendas y la instalación de sofisticados sistemas de videocámaras, vallas electrificadas y perros guardianes.

En la actualidad, una unidad de la Policía Local del Ayuntamiento de Alcobendas patrulla las 24 horas del día por las urbanizaciones que están dentro de su término municipal.

"Cuando es necesario a raíz de algún hecho delictivo puntual reforzamos la viglancia con las patrullas que sean necesarias", aseguró a esta agencia el director de seguridad de la administración local, Leonardo Lafuente, quien también dijo que los habitantes de estas viviendas de lujo no han hecho llegar al ayuntamiento peticiones específicas de incrementar la vigilancia.

En su opinión, el descubrimiento del cadáver de Anabel Segura no ha provocado pánico entre los vecinos de las urbanizaciones, porque es "un acontecimiento ocurrido hace mucho tiempo".

Esta opinión no es copartida por los habitantes de la zona, que reconocen tener miedo y sentirse casi indefensos ante posibles ataques de delincuentes, a pesar de las numerosas medidas de seguridad que rodean las urbanizaciones.

Algunas de ellas cuentan con varios cordones de seguridad que tratan de controlar a todos los que entran y salen, pero la vigilancia privada tiene prohibido por ley impedir el paso a quienes no den "buena impresión", una medida que los vecinos vienen solicitando desde hace tiempo a las autoridadessin éxito.