Esta es una de las medidas que contempla el Plan de Acción para este castizo barrio de Madrid, que presentó hoy el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y que está concebido desde una óptica global, con medidas sociales, económicas, de seguridad y medioambientales.

La inseguridad es la mayor preocupación de los vecinos de este enclave madrileño, así como los problemas de tráfico generados por las cargas y descargas, y los aparcamientos en doble fila, que generan graves problemas de movilidad.

Por esto, el área de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid incrementará notablemente la presencia policial, con un patrullaje preventivo en el que participarán agentes de la Unidad Integral del Distrito y de las nuevas Unidades Centrales de Seguridad.

También se está elaborando un plan de emergencias de la zona y planificando distintas actividades de formación en materia de seguridad frente a incendios, dirigidas a asociaciones de comerciantes, de vecinos, de mujeres y grupos escolares.

Asimismo, el Ayuntamiento está estudiando la posibilidad de reducir el tráfico rodado en el barrio, para reducir ruidos y contaminación, lo que incidiría en la calidad ambiental.

Respecto a la concentración del comercio al por mayor, otra de las asignaturas pendientes de este microcosmo urbano, el área de Medio Ambiente ha establecido dos rutas de retirada de embalajes: en la primera, se organizan cinco turnos diarios de recogida en determinados puntos; mientras que la segunda contará con tres turnos de mañana y tres de tarde. Los recorridos serán fijados por los técnicos municipales tras escuchar a representantes vecinales y de comerciantes.

Además, se reforzará el servicio de limpieza en las vías principales del barrio. Su objetivo es retirar los enseres y la basura depositados durante el fin de semana.

Por último, el barrio contará con un mediador vecinal y se impulsará el Plan de Extensión Educativa, que ya funciona en los seis colegios de Lavapiés, con el fin de luchar contra el absentismo escolar.