Según informó hoy el Gobierno de Navarra, los tres hombres han sido puestos a disposición de diferentes juzgados de instrucción, que han dictado medidas cautelares de alejamiento, mientras duren las causas abiertas por estos atestados.

La primera detención se efectuó el sábado en Tudela. Un vecino de Cintruénigo, de 45 años, fue detenido después de que una mujer denunciara en la comisaría de la Policía Foral episodios de acoso, coacciones y quebrantamiento de condena, ya que un juzgado de instrucción le prohibió en enero acercarse a 500 metros de la mujer, después de haberla agredido.

De todo ello ha sido informado el Juzgado de Instrucción nº 2 de Tudela mediante el atestado y puesta a disposición judicial del detenido ayer lunes.

La denunciante informó de que el varón incumplía reiteradamente la prohibición de acercarse, con constantes visitas al lugar de trabajo para, presuntamente, hablar con ella e intimidarla. Por todo ello, la mujer ha requerido tratamiento psicológico al verse sometida al acoso y coacciones que denunció a los agentes.

El domingo fue detenido, en un domicilio de Berriozar, un vecino de Pamplona de 33 años. Agentes de la División de Intervención fueron alertados de un episodio de violencia doméstica y tomaron declaración a una mujer de 45 años que convivía con el detenido.

En su cuerpo se observaban heridas en el costado y en el antebrazo, producidas, al parecer, tras una pelea mutua, ya que el hombre también presentaba diferentes arañazos. Las diligencias propias del atestado fueron remitidas al Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Pamplona.

Finalmente, ayer lunes, agentes de la Brigada Asistencial detuvieron en Pamplona a un varón de 40 años y nacionalidad ecuatoriana por un delito de malos tratos cometidos contra su mujer.

La denunciante presentó una denuncia en la Policía Foral, acompañada por una letrada del Servicio de Atención Jurídica de la Mujer, en la que relataba cómo desde que se casó, hace quince años, había sido víctima de malos tratos físicos (golpes, patadas, cabezazos, tirones de pelo) y psicológicos (insultos, amenazas, vejaciones).