Según fuentes policiales, la intervención ha tenido lugar depués de que se conociera la masiva afluencia de aficionados griegos a un centro comercial zaragozano, donde todos coincidían en comprar los mencionados bates.

El despliegue de efectivos de seguridad, más de 1.500 agentes, ha evitado, hasta la hora del comienzo de los partidos, que los aficionados griegos hayan protagonizado icidentes graves.

No obstante, durante toda la jornada, diversos grupos de seguidores de ambos equipos han mantenido pequeños enfrentamientos entre si, en el transcurso de los cuales han sufrido desperfectos algunos establecimientos públicos.

Por otra parte, los accesos al pabellón deportivo Príncipe Felipe, sede de la 'Final Four', fueron reforzados con severos controles.

A la conflictividad de los aficionados se ha unido el hecho de que alguna de las agencias griegas organizadora de los deslazamientos de los hinchas no ha tenido la precaución de separar a las aficiones de los dos equipos de ese país.