El atentado terrorista ocurrió sobre las tres de la tarde en la calle Vila i Vilà, del barrio de Poble Sec. Según varios testigos, los agresores huyeron a pie tras disparar contra el coche oficial, un "Talbot" de color gris. La policía localizó en el lugar el suceso varios casquillos de bala 9 centímetros parabellum, munición habitualmente utilizada por la organización terrorista ETA.

Aunque los tres militares fueron trasladados rápidamente al Hospital Clínico de la Ciudad Condal, el comandante Angueras Vallés ingresó ya cadáver. El teniente Luis Javier Ballota Arnaz resultó con heridas leves, mientras que el soldado conductor, Javier Amposta Madeu, tuvo que ser operado de una lesión en la rodilla.

Tras el atentdo, el soldado salió del vehículo y entró en el bar "Mombilla", donde pidió ayuda. Este hecho sembró la alarma en el vecindario, ya que cerca de allí hay un centro hospitalario y una escuela.

El comandante fallecido estaba casado, tenía tres hijos y trabajaba en la base aérea de El Prat. El ministro de Defensa, Julián García Vargas, viajará mañana a Barcelona para asistir a los funerales del militar.

BUSQUEDA DE COCHES

Pocas horas después de los hechos, la policía localizó en la calle Camp Sagrt un "Volkswagen", de color rojo, que podría haber sido utilizado por los terroristas para cometer el atentado.

Por otra parte, miembros de este cuerpo siguen la pista a un "Fiat Tipo" metalizado que fue robado por un individuo encapuchado en un estacionamiento de la Vía Augusta de Barcelona.

Portavoces del Gobierno Civil de la provincia señalaron que los autores del atentado podrían pertenecer al mismo "comando" etarra que el pasado 13 de diciembre asesinó a dos agentes en el barrio de Les Corts

Este grupo "itinerante", que fue identificado tras la muerte de los dos policías, está formado por José Luis Urrusolo Sistiaga, "Joseba", y Juan Jesús Narváez Goñi. De confirmarse esta hipótesis, los etarras estarían en Cataluña y no en Cádiz, donde son buscados desde hace unos días por las fuerzas de seguridad.

Tras el atentado, las autoridades pusieron en marcha la "Operación jaula" y la Guardia Civil colocó controles en todas las entradas y salidas a la ciudad con el fin de tratar de encontra a los terroristas.

Esta nueva acción terrorista coincide con un incremento de la dotación policial en la Ciudad Condal para vigilar la seguridad de las instalaciones que albergarán los Juegos Olímpicos. La próxima semana viajarán a Barcelona los primeros 500 agentes dedicados a estas tareas, aunque ya hay más coches-patrullas por las calles.

Tras conocer el atentado, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, hizo un llamamiento a la ciudadanía para que colabore con las fuerzas de seguridad dl Estado y facilite pistas que permitan detener a los etarras, de los que han sido difundidas abundantes fotografías.

Jordi Pujol pidió a la población que "no se deje desmoralizar, porque siempre hemos dicho que esta iba a ser una lucha muy, muy larga y difícil. Lo peor que pudiera suceder sería que la población se desalentara". Por último, señaló que el terrorismo etarra es "importado" y que nunca arragairá en Cataluña.