En el lugar de los hechos, la policía encontró un casquillo de bala del calibre 9 milímetros de la marca SBP, utilizada por la banda terrorista ETA en sus últimos atentados.

El joven, natural de San Sebastián, casado y padre de un hijo de siete años, vivía en el décimo piso del número 29 de la calle Serapio Múgica, en el barrio donostiarra de La Paz.

Aunque las fuentes consultadas manejan preferentemente la hipótesis de un atentado de ETA, no descartaban a primera hora de la tarde que pudiera traarse de un ajuste de cuentas por motivos de droga y que los posibles autores hayan podido ser dos personas.

Al parecer, el joven, conocido en el barrio con el apodo de "El Coco", traficaba con pequeñas cantidades de estupefacientes, "estaba enganchado a la droga y traficaba para sacar para él", aseguraron diversas personas que le conocían. Varias vecinas comentaron que "al piso venía mucha gente desconocida. Estaban constantemente llamando".

Fuentes policiales afirmaron que tanto el finado como s esposa habían estado en prisión por causa del tráfico de droga y que uno de sus hermanos aún permanece en prisión. Es por este motivo por el que el hijo de ambos no vivía con ellos, sino con la suegra de la víctima.

En el momento del atentado, Angel María González, se encontraba en la casa acompañado por dos de sus hermanos. El resto de los familiares que vivían con él, su esposa, su madre y otro hermano, no estaban en el domicilio.

Unas vecinas de la misma planta donde habitaba el fallecido saleron al rellano al oír "un ruido seco que parecía que era como si alguien se hubiera caído", dijo una de ellas. "Entonces vimos la puerta del D entreabierta y al chico tendido en el suelo con los ojos abiertos. Sus dos hermanos acudieron un poco más tarde".

El cadáver fue trasladado, hacia las 3'30 de la tarde, hacia el Instituto Anatómico Forense en el cementerio donostiarra de Polloe donde le será practicada la autópsia. Aún se desconocen los detalles sobre los funerales y el entierro , ya que, segú manifestó la funeraria que se hizo cargo del cuerpo, a media tarde los familiares no se habían puesto en contacto con ellos.

Los tres últimos atentados que ETA ha cometido este año, el último el 18 de marzo en el que murió un guardia civil, fueron realizados con balas del misma calibre y la misma marca que la que hoy recogió la Policía en la casa del fallecido. También en todos ellos participaron dos personas que se dieron a la fuga posteriormente.