Verstrynge emitió este veredicto en el patio del Congreso después de la votación que dio luz verde a esta norma emanada del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que lidera la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, pero con la excepción de los perros de caza gracias a una enmienda que introdujo en la fase de comisión el Grupo Socialista, apoyada por el PP y Vox.

Para la número 3 de Podemos, la aprobación es “resultado de la primera gran ola de derechos animales”, pero “no va a ser la última ola” y “habrá más avances en este sentido”. “Aun así”, reconoció, “es una victoria agridulce”. “Lamentamos que el Partido Socialista haya cedido a las presiones del lobby de la caza”, añadió, repitiendo el mensaje recurrente de Podemos, y emplazando al socio mayoritario del Gobierno a que “todavía están a tiempo de rectificar y volver al consenso que han roto”.

Ese consenso, que, a su juicio, también es la “sensibilidad mayoritaria” de la sociedad española, es que “todos los perros iban a ser protegidos por igual” porque “son los mismos perros y tienen que tener los mismos derechos, como decía el texto que salió del Consejo de Ministros y luego enmendó el Grupo Socialista.

En cualquier caso, Verstrynge insistió en que “habrá muchas más olas animalistas”, y por tanto la ley “es un primer paso, una primera ola”. Incluso, cuando la norma pase a tramitarse en el Senado, confía en que “muchas cosas se puedan negociar y zanjar en los próximos pasos”.

En Podemos reconocen que parte del PSOE, personificada en el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, se ha implicado en las últimas horas en lograr los apoyos parlamentarios necesarios para sacar adelante la ley, en contraposición a otro sector al que ven más cercano a los intereses de los cazadores, encarnado en el homólogo socialista de Verstrynge, Santos Cerdán.

Sin embargo, al mismo tiempo censuran que ésta haya pasado apuros precisamente por la enmienda socialista de los perros de caza y, en lo que respecta a la reforma del Código Penal que también se aprobó hoy, a la que mutó en meras multas las penas de cárcel por maltratos a animales. Desde su punto de vista, JxCat habría votado a favor de la norma en lugar de abstenerse si el PSOE no hubiera incorporado esas modificaciones, y ERC y EH Bildu, que al final votaron a favor de la norma, lo hubieran hecho con muchas menos dudas.