Fernández lanzó este mensaje en rueda de prensa tras la Ejecutiva del partido, en la que él y la otra portavoz, Isa Serra, expresaron su “condena rotunda” al “golpe de Estado” en Brasilia y su apoyo al presidente del país, Luiz Inázio Lula da Silva. Pero no perdieron la ocasión de vincular el asalto a los edificios institucionales de Brasil con la situación en España.

Así, Fernández, y más tarde Serra con palabras similares, presentó los hechos de Brasilia como una “muestra de cómo las derechas no respetan la democracia, no respetan los principios democráticos y, cuando fracasan sus objetivos electorales después de realizar ‘fake news’, después de esparcir bulos, después de su discurso de odio, de su ‘lawfare’, cuando no tienen los resultados electorales que desean acaban dando golpes violentos”.

Seguidamente dijo que estos “golpes violentos no deben hacer olvidar que es parte de la estrategia de la derecha”, junto a “otro tipo de golpes como los golpes judiciales que son igualmente graves”, y en este sentido recordó el “secuestro” que el Partido Popular viene haciendo durante cuatro años del Consejo General del Poder Judicial.

Serra añadió después que “ en todo el mundo la extrema derecha cuenta con el apoyo del Estado profundo y están dispuestos a todo” y tachó de “indignas” y “vergonzosas” las reacciones de portavoces del PP como su secretaria general, Cuca Gamarra. Es más, apostilló que “el hecho de que el PP gobierne con el apoyo de la extrema derecha también es un golpe a la democracia”.

En las puertas del Tribunal Constitucional, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados y secretario de Programa de Podemos, Pablo Echenique, quien asistió a la toma de posesión de los cuatro nuevos magistrados, se pronunció con términos y comparaciones parecidos. En este sentido, recordó que “el primer golpe que hubo en Brasil fue un golpe judicial”, cuando “un juez corrupto que después fue ministro de Bolsonaro apartó a Lula de la carrera judicial en un juicio sin pruebas”.

Tanto Fernández como Echenique insistieron también en cambiar la mayoría de tres quintos necesaria para nombrar a los vocales del CGPJ y dejarla en absoluta. Para adaptar una norma de tiempos del bipartidismo, cuando PP y PSOE negociaban los nombramientos, según el portavoz de la Ejecutiva, y para “arrebatar al PP su minoría de bloqueo”, según el parlamentario.