Lo dijo durante el acto ‘Envejecer en casa: servicios de proximidad y atención domiciliaria’, organizado por la PMP y celebrado en la agencia de noticias Servimedia, en el que también participaron la gerontóloga y presidenta de la Fundación Pilares, Pilar Rodríguez, y la catedrática de Sociología y autora de ‘La riqueza invisible del cuidado’, Ángeles Durán.

Lázaro González subrayó que “la inmensa mayoría de las personas mayores queremos envejecer en casa o cerca de casa y siempre como en casa”, una aspiración que, a su juicio, pasa por que el próximo Gobierno sea capaz de auspiciar un pacto de Estado sobre los cuidados, ya que son un “derecho universal”, a imagen y semejanza de la sanidad, la educación y las pensiones. No puede ser, continuó, que sea “la hermana pobre de estos cuatro pilares del Estado del bienestar”.

También explicó que España es actualmente uno de los países de la Unión Europea con uno de los gastos más bajos en materia de cuidados (0,8% del PIB). Por esa razón, consideró oportuno que el próximo Ejecutivo aumente hasta el 1,5% el presupuesto que se dedica a esta materia.

Del mismo modo, apostó por reconfigurar los principios sobre los que se sostiene el modelo de cuidados, cuya competencia es autonómica, para que se acuerden unos “mínimos” que posibiliten que todos los ciudadanos “sean bien cuidados en todo el territorio nacional, independientemente del territorio en el que vivan. Eso sí que es garantizar la igualdad”.

A su vez, expresó la voluntad de trabajar con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para que los recursos destinados en materia de cuidados “se empleen bien” y para encontrar fórmulas que permitan “fomentar” el asociacionismo.

REFORMA LEY DEPENDENCIA

Lázaro González creyó llegado el momento de reformar la Ley de Dependencia, una norma que en su momento constituyó un “avance”, pero que “no tuvo la financiación adecuada, no se ha desarrollado bien, se ha incumplido en parte por las comunidades autónomas y se ha desarrollado poco en la primera parte, correspondiente a los servicios de autonomía personal”.

Por esa razón, avanzó que en el momento en que “comience sus trabajos el Parlamento”, la PMP le reclamará que “asuma la reforma de la Ley de Dependencia como una prioridad”.

En la misma línea, Pilar Rodríguez puso de manifiesto que 230.000 personas se encuentran actualmente a la espera de recibir la ayuda a la dependencia, mientras que otras 1.671.000 reciben una para la atención a domicilio, valorada en 300 euros.

Expuso que el 32,5% de las personas en situación de dependencia vive en una residencia actualmente, a lo que se añade que el 30% de los individuos recibe una ayuda para la atención a domicilio

Pilar Rodríguez testimonió que la Ley de Dependencia es “muy insuficiente, porque no tiene presupuesto, no se contó con las comunidades para determinar el porcentaje de inversión, ni con los municipios”. A su juicio, se impone una revisión de esta norma para mejor las cuestiones que quedaron pendientes.

VALOR DE LOS CUIDADOS

La presidenta de la Fundación Pilares comentó que los cuidados constituyen “la gran actividad que tiene más potencialidad para crear empleo”, lo que contrasta con la “falta de demanda de empleo” en ese sector como consecuencia de “precariedad, salarios bajos, jornadas partidas e imagen social negativa de las personas que necesitan cuidados de larga duración”.

Ante esta situación, reclamó un esfuerzo para “trasladar a la sociedad la necesidad real y el valor incalculable de crear una sociedad de cuidadores porque están en juego nuestra dignidad y la de nuestros padres”.

También reflexionó sobre la idoneidad de invertir en prevención para que la necesidad de apoyo o dependencia se postergue, teniendo en cuenta que cada vez se viven más años.

Pilar Rodríguez concluyó su intervención proponiendo tomar como ejemplo a los países nórdicos, que en la década de 1960 acabaron con las macroresidencias al tiempo que incrementaron la atención a domicilio.

2,8 MILLONES DE EMPLEOS

Por su parte, Ángeles Durán reseñó que si el Estado asumiese el 10% de lo que hacen los hogares en materia de cuidados, debería crear 2,8 millones de empleos, lo que supondría un “tsunami”.

A partir de la previsión de que se pueden alcanzar los 90 años de esperanza de vida, deslizó la importancia de “retrasar el momento en el que no te puedes valer por ti mismo”.

Explicó que en la contratación de los cuidadores “se incumple la legislación laboral” y se recurre a “personas de fuera que aceptan, por las buenas o por los malas, condiciones de trabajo que no aceptan los nacionales” y a mujeres, que “ya no están en casa”.

Por último, intuyó que los políticos están de acuerdo en atender las reclamaciones de las personas mayores, ya que están en juego “los votos de 10 millones de personas y los votos de los hijos de esos 10 millones de personas”.