Cerca de un centenar de personas ocuparon la antigua sala de cine hace una semana. En aquel momento un mediador de la Delegación del Gobierno mantuvo contactos con representantes del grupo y, al no haber denuncia por parte de los dueños del local, no fueron desalojados por la policía.

Durante una semana, la plataforma llevó a cabo las actividades reivindicativas que tenían previstas y sólo ayer, fecha en la que estaba previsto el abandono del cine, volvieron a hacer su aparición las Fuerzas de Seguridad.

Tras abandonar el local, una representante de "Rompamos el silencio" se acercó a uno de los policías antidisturbios que controlaban la entrada y le entregó la llave del local junto a una nota en la que se podía leer "a la señora delegada del Gobierno: devolvemos las llaves del Bogart a sus legítimos especuladores. Nos vemos en las calles".

La alianza "Rompamos el silencio" aglutina desde centros sociales autogestionados hasta la parroquia de Entrevías, pasando por grupos ecologistas, vecinales, antimilitaristas, de comunicación alternativa y de apoyo a presos.

La semana de lucha social abordó la situación de la vivienda y de los espacios sociales en la ciudad, la economía en la globalización, la marginación y la exclusión social, haciendo especial hicapié en la situación en cárceles y centros de menores.

Todas las acciones se plantearon de manera pacífica con el objetivo de que el acto de ocupación cobrara relevancia y tuvieran repercusión en los medios de comunicación.

Este grupo ya ha realizado acciones similares en otras cuatro ocasionesy se declaran satisfechos por el éxito de esta comvocatoria. "Madrid ya no es el páramo de la docilidad y la condescendencia: somos la cara visible de la lucha y la resistencia. Por eso nos plantamos ante el Ayuntamiento, la Sociedad General de Autores y Editores, la Comunidad de Madrid, el Gobierno central, el ejército, el G8 y la Unión Europea. Somos la resistencia organizada. Somos el germen de otro mundo mejor", aseguran.