Así lo puso de manifiesto su presidente, Lázaro González, durante la presentación del estudio ‘La población mayor en el Estado del bienestar: de las políticas pasivas a las políticas activas’ en el marco de un diálogo en la agencia de noticias Servimedia presentado por su director general, José Manuel González Huesa, y en el que también participaron el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y coautor del informe, Jorge Calero, y la presidenta de la comisión ‘Hacia una sociedad con personas mayores, activas y saludables’ de la PMP, Cristina Rodríguez-Porrero.

En el transcurso de su intervención, Lázaro González se mostró convencido de la necesidad de “repensar” el Estado de bienestar y de hacerlo “partiendo de que la población envejece y tiene que ser un Estado de bienestar para todas las edades”. Por ello, quiso “invitar” a establecer un “pacto” en torno a este asunto y a “mirar a largo plazo”, sabedor de que los años que vienen son ”decisivos” a la hora de planificar las políticas en este ámbito.

A su entender, el que haya aumentado la esperanza de vida de la población y haya mejorado su calidad de vida es “un hecho positivo”, pero “también uno de los grandes retos para este siglo” y, en este sentido, reivindicó el "protagonismo" que, a su entender, deben tener las personas mayores en la implementación de políticas públicas guiadas siempre por las "evidencias".

POLITICAS QUE FUNCIONAN

El informe supone una “recopilación de lo que está funcionando en estas políticas y de lo que no” e incorpora datos que consideró “imprescindibles para todos los planificadores políticos y responsables económicos”. “No es el estudio definitivo, pero es muy bueno”, aseveró, al tiempo que aconsejó a “todos los responsables de hacer las políticas de bienestar” que lo “lean y estudien” y “partan de los hechos y evidencias que ya existen” para ponerlas en marcha y “seguir avanzando”.

Asimismo, invitó tanto a dichos responsables como a las propias personas mayores a “enfocar” el envejecimiento como “una cuestión transversal que afecta a todas las áreas de la vida”, incluyendo salud, educación, pensiones, cuidados, vivienda o transporte y avanzó que la plataforma remitirá su estudio al Ejecutivo, los partidos políticos, las “grandes corporaciones industriales” o la banca, convencido de la aportación “excepcional” que representa de cara a la articulación de nuevas políticas.

En esta línea, Jorge Calero, coautor del informe junto a Ximena Pérez, explicó que el trabajo trata sobre envejecimiento y las políticas que “pueden ser más adecuadas para activar a la población mayor”, teniendo en cuenta el “importante cambio demográfico” experimentado en España desde 1950 y que en 2050 los mayores de 80 años supondrán “el 31% del total de población”, con una esperanza de vida de casi 85 años en hombres y 89 en mujeres.

Más allá del “componente de problema” que esta realidad implica, el estudio “intenta explorar las posibilidades que hay de aprovechar y mejorar esta situación” así como de “activar” a la población mayor para que el envejecimiento “no suponga lo que convencionalmente se trata en las políticas pasivas como un lastre para la seguridad social”.

LA POBLACIÓN MAYOR NO ES UN LASTRE

A su juicio, la población mayor “no tiene por qué ser un lastre, puede aportar muchísimo social y económicamente” y, por este motivo, el trabajo “da énfasis” a las políticas de “activación” en un “amplio abanico” de áreas como el envejecimiento saludable, con prevención y promoción de la salud en la población mayor; relaciones personales y soledad no deseada; vivienda; diferentes modelos de vivir y convivir que el experto ve necesario “revisar”; movilidad y espacio público; aprendizaje a lo largo de la vida, y competencias digitales.

En este sentido, también reivindica la “economía plateada” y “explora las sinergias” entre las políticas que puede impulsar el sector público para “favorecer la activación de la población mayor” y las oportunidades económicas y de inversión que ello implica en el ámbito privado y, a partir de una propuesta del índice de envejecimiento activo, muestra una batería de indicadores que van desde el empleo a participación en la sociedad y en los cuidados, participación política, vida independiente o aprendizaje a lo largo de la vida, incluyendo también otros “más subjetivos” como bienestar emocional o soledad no deseada.

SOLEDAD NO DESEADA

Con relación a este último indicador, el autor recordó que, en función de una escala de la Universidad de California, la media en España de personas que sienten soledad no deseada es del 34,5% frente al 44,3% de la media de la UE y es “mucho más” alta para las mujeres (45,8%) que para los hombres (22,1%) y entre las personas con discapacidad, quienes tienen menor renta y menor nivel educativo.

Así las cosas, hizo especial referencia a la soledad no deseada que deriva de la “falta de acompañamiento familiar” y estimó que hay “un factor de riesgo enorme” en España de cara al futuro, como es que “la posibilidad de que haya un hijo acompañando cada vez va a ser menor”.

En paralelo, incidió en que esta “percepción” de soledad no deseada “está considerada un problema de salud pública y tiene efectos similares a la obesidad o el tabaquismo” además de costes sanitarios “muy grandes” que algunos autores estiman en un 1,17% del PIB.

En la misma línea, el presidente de la PMP llamó a “no dejar a nadie al margen” y abogó por "una sociedad que convive, que cuida, que acompaña, porque esto es un deber de todos”. “La soledad cuesta y cuesta mucho y cuidar la soledad es un ahorro”, manifestó, al tiempo que apostó por “cuidar de que la gente se sienta implicada en las actividades sociales, que salga de casa, que no se encierre”.

Por último, la presidenta de la comisión ‘Hacia una sociedad con personas mayores, activas y saludables’ de la PMP urgió a “ligar” la soledad con el aburrimiento que sienten “muchas” personas mayores que viven en residencias y consideró que, para convertir a los mayores en “agentes de cambio” es necesario “reflexionar”, consciente de que este tipo de estudios y eventos “favorecen el diálogo” en torno a un “tema complicado” que, en la vida diaria, puede implicar una “vulneración” de derechos en “muchísimas ocasiones”.