El portavoz del Plan, Javier Hernández, declaró a Servimedia que las objeciones que ha planteado en su último informe la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de Naciones Unidas, se refieren a galerías de inyección como la que hay en Alemania o Holanda, donde sí hay una actitud de "tolerancia" hacia la heroína.

A su juicio, estos centros no tienen nada que ver con las salas de venopunción que apoya el Gobierno español, como la que se va a poner en marcha en Las Barranquillas (Vallecas).

"En nuestras salas, prima el tratamiento asistencial para la reducción del daño. A diferencia de los centros que hay en algunos países, en los nuestros habrá médicos, enfermeros y dispositivos de emergencia", explicó.

Hernánde subrayó que existen buenas relaciones con la ONU y esta institución conoce el proyecto español. "No nos sentimos aludidos por las críticas de la JIFE", insistió Hernández.

El último informe de la Junta de Estupefacientes dice que las galerías de inyección son un paso hacia la legalización de las drogas y promueven no sólo la tolerancia del tráfico y el consumo, sino que contravienen las disposiciones de los tratados de fiscalización internacional.

Sobre el análisis del consumo y narcotráfico de rogas en el mundo que hace el informe, el Plan Nacional hace un "balance positivo", porque "demuestra que España ha hecho los deberes en estos últimos años".

"Ha descendido el consumo de cannabis, mientras en otros países europeos sube, y los narcos han tenido que buscar vías alternativas ante los mayores decomisos que hacemos", comentó Hernández.