El próximo año, cerca de 2.500 millones de pesetas irán destinados a dversas medidas orientadas a evitar el dolor de miles de pacientes que se encuentren en fase terminal.

Así, los enfermeros podrán aplicar a los pacientes "poderosos" antálgicos (fármacos para evitar el dolor), para los que hasta ahora se requería de prescripción médica.

Asimismo, se creará el "permiso de acompañamiento", que autorizará a los parientes y personas cercanas al enfermo a estar presente en sus últimos momentos de vida.

El plan recoge también la habilitación de unidades específicasdentro de los hospitales destinadas al cuidado de este tipo de pacientes.