La consideración de gran incendio se otorga a aquellos siniestros que arrasan una superficie mayor a las 500 hectáreas. Durante la década de los noventa se produjeron una media de 34 grandes incendios en España, variando la cifra de los 92 que se registraron en 1994 a los 7 de 1997.

Aunqe estos siniestros constituyen un porcentaje muy pequeño del total de incendios forestales que se contabilizan cada año (7.664 de media cada año en la anterior década), son los que ocasionan los daños y pérdidas más cuantiosas.

El plan señala que "en estos incendios influyen las condiciones climáticas, pero también la continuidad de los combustibles e incluso la aplicación de técnicas de lucha no apropiadas al medio forestal".

Por este motivo, el plan que ha elaborado el ministerio marca entre su prioridades lograr que en el año 2008 no se produzcan más de 15 de estos siniestros y que a partir de 2030, año en el que finaliza la vigencia del plan, se haya conseguido que no se contabilice ninguno.

Para conseguir estos objetivos, propone mejorar los sistemas de identificación de las causas de estos incendios, crear leyes disuasorias del empleo del fuego por intereses económicos y aplicar las sanciones previstas en la normativa actual, sensibilizar a la población sobre los daños que ocasionan ests siniestros, evaluar los posibles efectos negativos de las subvenciones a la ganadería extensiva, mejorar las acciones de prevención y vigilancia, intensificar las prácticas de selvicultura y reforzar los sistemas de evaluación de daños.

Además, el documento considera necesario garantizar el "actual nivel de eficacia en la extinción", para lo cual propone mantener la flota de aviones anfibios, mejorar la formación del personal que interviene en estas labores, crear un sistema de normalización de los ateriales y equipos necesarios para hacer frente a los siniestros y la revisión periódica de los sistemas de índices de peligros.

CAMBIO CLIMATICO

El borrador de Plan Forestal Español destaca la importancia de conservar, gestionar adecuadamente y ampliar la superficie forestal, que en la actualidad ocupa 26 millones de hectáreas, el 52 por ciento del territorio nacional. Sin embargo, sólo el 56 por ciento de esa superficie está arbolada y puede tener la consideración de bosque.

Por este motivo,el documento establece como objetivo que en el año 2030 el 60 por ciento de la superficie forestal sea arbolada, para lo cual propone reforestar 3,8 millones de hectáreas plantando 5.000 millones de árboles, lo que permitiría duplicar el número de árboles por habitante, que pasaría de 125 a 250.

Además, este aumento de la superficie forestal propiciaría, según el documento, que la capacidad de retención de CO2 de los bosques españoles aumentara en 60 millones de toneladas, contribuyendo así a la luchacontra el cambio climático.

CREACION DE EMPLEO

Todas estas medidas no solo generarían beneficios ambientales, según el documento, sino que incidirían positivamente en la generación de empleo, fundamentalmente en el medio rural.

Las previsiones del ministerio indican que las labores de gestión de las masas forestales, selvicultura, forestación y otras permitirían crear 30.700 puestos de trabajo directos en 2008 y 43.800 en 2030.

No obstante, advierte que la superficie de bosque que está somtido a alguna figura de protección es pequeña, ya que menos del 8 por ciento está incluida en un Espacio Natural Protegido.

A esta circunstancia hay que añadir que sólo el 5 por ciento de los espacios forestales cuentan con planes de ordenación, gestión o mejora.