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PÍO MOA PRESENTA EL FRANQUISMO COMO UN PERIODO POSITIVO, GRACIAS AL CUAL HOY "TENEMOS UNA DEMOCRACIA"

MADRID
SERVIMEDIA

El historiador Pío Moa sostiene que el franquismo fue un período en el que "los aspectos positivos fueron muy superiores a los negativos" y que, "gracias a que dejó una sociedad próspera y moderada, hemos podido acceder sin traumas a la democracia".

Moa hizo estas declaraciones a Servimedia tras la presentación hoy de su libro "Franco. Un balance histórico", editado por Planeta, con el que, según precisó, no ha tratado de escribir estrictamente una biografía del dictador, sino un "ensayo sobre la significación histórica del franquismo, prescindiendo del personaje como tal".

El autor matizó un elogio que podría resultar sorprendente dado su pasado en los grupos antifascistas, aclarando: "Yo soy demócrata, y Franco me parece bien en tanto que gracias a Franco tenemos una democracia".

A continuación, fue detallando lo que considera elementos favorables de la obra de Franco, que contravienen en muchos casos, a su entender, algunas de las ideas asumidas por la historiografía española, producto de una izquierda que, en nuestro país, "nunca ha sido una corriente de pensamiento, sino de panfletos, y así estamos".

El primero de ellos sería que "Franco no destruyó la democracia, sino que derrotó a la revolución". Según el planteamiendo de Moa, "no fue la guerra la que acabó con la democracia, sino la destrucción previa de ésta por las izquierdas lo que causó la guerra.

"Franco fue mucho más respetuoso con la legalidad que cualquier político de la época y sólo se sublevó al final, en una situación alucinante de caos social y enfrentamientos a la que ayudaron los gobiernos de Azaña y Casares Quiroga", prosiguió Moa.

Manuel Azaña, en cambio, "trató de provocar golpes de Estado en 1933 y 1934, y sólo se echó atrás porque los socialistas estaban preparando su propia sublevación y no querían nada con autogolpes burgueses".

En opinión de Moa, "la revolución era inminente, y el Gobierno se deslegitimó al conculcar sistemáticamente la Constitución y renunciar a aplicar la ley, como le pedía la derecha".

"Azaña no sólo no se habría opuesto a la revolución, como creen algunos, sino que la alentó, echándose en brazos de los grupos radicales con tal de no pactar con la derecha. Azaña quiso crear una alianza entre la 'inteligencia republicana' con los partidos y sindicatos para su 'obra de demolición' de las instituciones conservadoras, sobre todo la Iglesia, y luego se vio arrastrado por sus aliados". "Azaña eligió su propio destino", concluyó el historiador.

LOS FALANGISTAS SÓLO CONTESTARON A LOS SOCIALISTAS

Pío Moa rechazó que hubiera una equivalencia entre la alianza revolucionaria de Azaña y la suya propia con otro grupo antisistema como Falange Española, que, aparte de ser "un partido pequeñísimo", cometió "muy pocos crímenes entre febrero y julio de 1936, y siempre fue como respuesta a los asesinatos de las Juventudes Socialistas.

Franco intentó contener a las falangistas, pero le fue imposible". Además, aunque Franco instauró una dictadura, "durante todo su mandato no hubo ninguna alternativa política a ella, ya que la mayor parte de la gente no hizo oposición y la oposición que había era más totalitaria que Franco".

Otro aspecto computable a favor de Franco sería que mantuvo a España al margen de la II Guerra Mundial. "Debo decir que en el libro", explicó Moa a este respecto, "dejo de lado temas como si Franco tenía intención o no de entrar en la guerra, o si era ambicioso o no lo era. Lo que cuentan son los hechos y España no entró en el conflicto, lo que habría supuesto una catástrofe para nuestro país y posiblemente una segunda edición de la Guerra Civil". Aun así, negó que este logro de Franco se debieran sólo al azar histórico.

A partir de entonces, Franco logró crear un país económicamente próspero que tampoco fue "un desierto cultural", como se ha criticado desde sectores de la izquierda; al menos, no lo sería en mayor medida que la tendencia descendente de toda la cultura europea desde la finalización de la II Guerra Mundial.

Finalmente, Pío Moa estableció un paralelismo entre el rechazo de Azaña a pactar con la derecha en 1936 y el del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a hacerlo en la actualidad.

Aunque reconoció que ahora existe "mucha menos dosis de violencia en la sociedad", opinó que se da la misma conculcación de la legalidad vigente desde el Gobierno, y negó que la actual oposición esté haciendo algo más que denunciar tales desmanes. El historiador mostró su preocupación por el futuro inminente y tildó a los dos dirigentes con el mismo calificativo de "aprendiz de brujo".

(SERVIMEDIA)
25 Oct 2005
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