Según el informe, la recuperación de la superficie quemada, 400 hectáreas en el caso del pinar, dependerásobre todo de las condiciones climáticas que se den próximamente en la zona.

El estudio señala además que el pino canario, antes de concluir el primer mes posterior a un incendio y sin haber recibido aporte alguno de agua, es capaz de comenzar a brotar en su tronco y ramas.

Estos brotes, en un período de cinco meses, comienzan a emitir las primeras hojas. Sin embargo, la recuperación total de las copas, y por tanto del paisaje dominante, dependerá de la intensidad del fuego soportado y sobre todode las lluvias que se produzcan posteriormente.

Muchas de las especies que acompañan al paisaje de pinar experimentan también una rápida recuperación. Algunas de ellas lo hacen de forma rápida y proliferan en gran número, otras tardan algo más y aquellas que crecen en riscos y paredes tienen mayores dificultades en reaparecer.

En cuanto a la fauna, no existen datos cuantitativos suficientes en los estudios realizados, pero se aprecia que un gran número de especies de invertebrados y casi todos lo vertebrados recuperan sus poblaciones conforme se recupera la vegetación.

El informe añade que existen otros recursos naturales que se ven afectados por el fuego, como el paisaje y el suelo. En el primer caso, el panorama es desolador, aunque sea de forma temporal. En cuanto al suelo, la pérdida de las ramas y hojas permite que las gotas de lluvia lleguen con más fuerza al suelo y se inicie así la erosión.