El doctor Luis Ciprés afirma que la RU-486 es un paso más para "convertir un asesinato en una rutina sin dimensión psicológica ni responsabilidad ética. Si el aborto quirúrgico representa un evento personal más o menos teñido de dramatismo y tensión el aborto farmacológico quiere llegar a ser algo más irrelevante: unas pastillas para 'recuperar la falta de menstruación'".

A juicio de este especialista, los argumentos en defensa de la RU-486, "presentándola como la pastilla cómoda e inocua para abortar", han sido desmontados y rechazados incluso por las propias feministas.

En su artículo, que comienza defendiendo que la vida humana comienza desde el momento en que se unen las dos mitades genéticas, puntualiza que este fármaco no es un abortodesmedicalizado como argumentan porque "exige mayor supervisión médica", y que "resulta que lo anunciado como aborto libre implica ingerir unas pastillas delante de testigos y someterse a ecografías vaginales de control y pasarse 48 horas con dolor abdominal y, a veces, sangrar más de lo deseable".

"Para remate", prosigue el artículo, "se encuentran que, lo que iba a ser más batato, resulta más caro. Además, el aborto con RU, con su pesada carga tecnológica y su nada despreciable tasa de complicacione no sirve para las mujeres del Tercer Mundo ni para las que tienen más de 35 años...".

Por todo ello, afirma no entender que la Dirección General de Farmacia pueda aprobar este medicamento. "Si todos los gobiernos europeos están intentando controlar el gasto farmacéutico eliminando del Vademecum las listas de medicinas que ellos llaman de baja utilidad terapéutica, resulta contradictorio que se pretenda autorizar ahora un fármaco, que tiene 16 años, y que tantas dudas biológicas encierra y tanta conflctividad social provoca...".

"Respeto el pluralismo y la libertad de todos", concluye, "pero no puedo permanecer indiferente si a la grave herida para la humanidad que es el aborto se le pretende aplicar la anestesia para la conciencia que supone la RU-486".

Fuentes de la OMC recordaron a Servimedia que esta organización no se hace responsable de las opiniones personales de sus colaboradores.