De acuerdo con el grupo ecologista, en Alemania ya se han detectado rastros de esa sustancia en más de una docena de pañales de niños. El TBT se usaba para impedir la formación de algas en los cascos de los barcos, pero se ha descubierto que tiene efectos hormonales nefastos en algunos animales y en los humanos se acumula en el flujo sanguíneo y daña los sistemas inmunológicos.

La UE ya ha prohibido su uso en los barcos de menos de 25 metros de largo y la Organización Internacional Marítima tmbién ha adoptado una prohibición para la utilización del TBT en las pinturas para barcos. Sin embargo, no hay restricciones para su uso en los bienes de consumo.

Austria es uno de los países que encabeza la campaña contra esta sustancia y el Gobierno de Viena defenderá su embargo en la reunión de ministros de Medio Ambiente que se celebrará el próximo mes.