Adujo que "no sólo hay un problema de pesca, sino de principio de legalidad, y más allá de la discusión mercatil o pesquera sobre las cuotas de pesca, está el respeto a las 200 millas y a la legalidad internacional".

Afirmó que "cualquier solución tiene que suponer una marcha atrás en la legislación canadiense", en relación a su decisión unilateral de suprimir el límite de las 200 millas de aguas internacionales, porque supondría un precedente negativo para la pesca en cualquier parte el mundo.

Atienza dijo que "los criterios de la distribución de la actividad pesquera tampoco están suficientemente clars, ni son suficientemente objetivos, ni supone un reparto equitativo".

Las lineas de actuación española, explicó, consistirán en "expresar nuestra opinión, intentaremos convencer a la Comisión y a otros estados miembros de la Unión Europea de cuales son las razones que nos avalan para oponernos si lo que se avanza no responde a esos principios".

Sobre el ministro de Pesca de Canadá, Brian Tobin, opinó que es "un acto barato con un parche en el ojo" y añadió que "quien han provocado y agredido sonlas patrulleras y guardacostas canadienses". Añadió que esto "lo podría certificar hasta un observador británico".