PERIODISTAS, MEDICOS Y "BROKERS", LOS PROFESIONALES MAS CASTIGADOS POR EL ESTRES
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Los periodistas, los "brokers" de la Bolsa y los médicos, principalmente los encargados de los servicios de urgencias, son los profesionales más afectados por el estrés, segun un estudio difundido por la Organización Internacional de Trabajadores (OIT).
El informe exlica que el estrés, denominado por muchos como el "mal del fin de siglo", es padecido sobre todo por las personas que trabajan en cargos que exigen una rápida adaptación a situaciones imprevistas o de emergencia.
Sin embargo, no afecta sólo a los trabajadores de "cuello blanco y corbata", sino también a los manuales, especialmente a aquellos cuyas tareas se ven modificadas a menudo por la introducción de nuevas técnicas y a quienes, por el contrario, realizan trabajos monótonos.
Otra paradoja desubierta por las investigaciones sobre el estrés profesional es que no aumenta necesariamente con el nivel de responsabilidad. A este respecto, un estudio realizado en Estados Unidos muestra que la tasa de enfermedades coronarias es más elevada entre los asalariados de categoría baja e intermedia y disminuye a medida que va subiéndose en la jerarquía.
SUICIDIOS
Las consecuencias del estrés son la fatiga crónica, la depresión, el insomnio, los estados de angustia, las alergías y las úlceras de estómag, el abuso de alcohol y tabaco e incluso el suicidio.
El informe de la OIT cita el caso dramático de una gran empresa europea de comunicaciones con 2.700 empleados, en la que tres de ellos se dieron muerte el año pasado ante los ojos de sus colegas, invocando razones vinculadas directamente con su estado de insatisfacción por el trabajo.
Los efectos del estrés sobre la marcha de las empresas son igualmente espectaculares y van desde la falta de motivación hasta un aumento de los accidentes de traajo y frecuentes bajas por enfermedad. Los estadounidenses cifran en 60.000 millones de dólares anuales el coste los perjuicios causados por el estrés.
Para la OIT, es posible tomar medidas para reducir la tensión nerviosa, pero la incógnita estriba en saber hasta qué punto las empresas están interesadas en poner en marcha y divulgar programas contra el estrés.
El problema radica en que temen dar una mala imagen y aparecer ante la opinión pública y los sindicatos como empresas "afectadas por la tnsión nerviosa".
(SERVIMEDIA)
25 Feb 1991